En el año 1988 el abajo firmante denunció ante el concejal de patrimonio histórico del Ayuntamiento el estado en que se encontraba el Arco de la Trinidad, adjuntando fotografías donde se apreciaba la falta de argamasa entre sillares, con la posibilidad de desprendimiento, y por consiguiente el peligro para las personas que trabajaban en la bodega anexa y que transitaba bajo ese Arco. Por otra parte, la circulación de vehículos con sus vibraciones aumentaba el riesgo de desprendimiento de alguna de sus piedras
Tuvimos una reunión en la bodega de Terry para acometer la restauración del monumento, donde asistimos el gerente de la bodega Terry, D. Fermín del Riego, el concejal de patrimonio histórico, el maestro cantero D. José Santilario, y el que suscribe, llegando a la conclusión de acometer la restauración, financiada en parte por el ayuntamiento y colaborando económicamente la bodega de Terry, para asegurar y restaurar dicho elemento patrimonial.
De aquella reunión, quedó en eso, en.…promesas, hasta el día de hoy.
Después de haber pasado más de treinta y ocho años y distintas corporaciones y formaciones políticas por el Ayuntamiento y habiendo desaparecido la firma bodeguera de Terry, todo sigue igual y el peligro persiste.
Es lamentable que el concejal de patrimonio actual que goza de un prestigio por su fecunda actividad, no encuentre un hueco en su agenda para organizar la recuperación del Arco.
Betilo (asociación de la que formo parte) tiene en su agenda la recuperación del Arco de la Santísima Trinidad, con la esperanza de que lleguemos a tiempo y no tengamos que lamentar una pérdida más del Patrimonio de nuestro Puerto.
Adjunto las fotografías tomadas en el año 1988 donde todavía se conservaba las dos copas de remate y que actualmente una de ella no existe y otras fotos tomadas recientemente.
Francisco García Áspera