El interior de la bodega El Castillo, aunque se trata de un espacio más reducido que el de otras bodegas de El Puerto, mantiene las constantes propias de esta tipología arquitectónica.
Las tres naves quedan separadas mediante pilares prismáticos de piedra arenisca de excelente calidad de sección rectangular que soportan arcos semicirculares (FOT. 1).
La cubierta se soluciona mediante vigas de madera dispuestas a dos aguas (FOT. 2). La iluminación se consigue abriendo en los muros grandes ventanales rectangulares apaisados: cinco en el que limita con el pórtico del patio del castillo y seis aportando luz desde la calle Juan de la Cosa y que, como es habitual y necesario en estos edificios, éstos quedan tapados con las típicas esteras.
Adosadas a los muros y bajo las ventanas se disponen tres hileras de botas apiladas mediante el sistema de criaderas y soleras (FOT. 3).
Otros espacios de su interior están hoy ocupados por almacenes, aseos y otros adaptados a la organización de eventos.
La bodega del Castillo en el Peprichye
Esta bodega está incluida en el Nivel II de Protección Global, junto a las mejores bodegas de El Puerto, por sus múltiples valores (arquitectónico, arqueológico y etnológico por su relación con las actividades de crianza, envejecimiento y despacho de vinos). Además, el interés global se justifica por “formar parte del uso bodeguero y, por tanto, cumplir un importante papel dentro de la identidad urbana de la ciudad”.
Contempla la protección de su composición “a nivel espacial y estructural”, sus fachadas y elementos característicos, sus patios y elementos singulares y el tipo de cubierta. Se permiten obras tendentes a su buena conservación, reformas menores e intervenciones de carácter “mueble” reversibles que permitan visualizar todos los espacios y elementos típicos. Se recomiendan actuaciones que garanticen la conservación del inmueble y la “reutilización in situ de pavimentos, azulejos, carpinterías y elementos que sean recuperables”. Quedan prohibidas las ampliaciones verticales y horizontales y la demolición total o parcial, siendo obligatorio “conservar la zona catalogada respetando tipología, morfología y ornamentación original”. Habrá que tenerse en cuenta, asimismo, que la bodega se ubica en el entorno de un BIC como es el Castillo de San Marcos y que, por tanto, cualquier actuación en ella habrá de ser autorizada por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. –
Juan Gómez Benítez y Francisco González Luque