El Arco de la Trinidad (V). Análisis

Arco de la Trinidad. Cara principa

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Este elemento del patrimonio urbano se abre al comienzo (o final) de la calle de la Santísima Trinidad con dos caras: la principal, asomando a la plaza de los Jazmines y la trasera, visible bajando la calle desde la Avenida de Sanlúcar. Limita por su derecha con la fachada lateral de la antigua residencia de los Terry, actual Hotel Duques de Medinaceli y por su izquierda con un inmueble que se extiende hasta la calle de La Rosa. Conserva la doble función de embocadura de la nueva vía urbana abierta a finales del siglo XVIII y de sacralización de ese espacio público al incluir como elemento decorativo un relieve alusivo a la Trinidad.

Su estructura es simple, aunque efectista y retardataria al seguir el modelo de lenguaje clásico basado en soportes y cubiertas. Se divide en dos cuerpos separados por una doble cornisa.

La parte inferior se compone de un marco pétreo encuadrando el arco propiamente dicho: sobre pedestales laterales adosados a los muros que separa para formar el arranque de la calle que preside, sendas pilastras -estrechas, cajeadas y molduradas- soportan un entablamento con distribución de reducido arquitrabe, friso con alternancia de metopas sin relieves y triglifos y cornisa superior. Esta disposición enmarca un arco carpanel que presenta las particularidades de estar compuesto por dovelas resaltadas, poseer una luz tan amplia como la propia anchura de la calle y apear en pilarcillos laterales a modo de jambas.

El cuerpo superior está formado por unos plintos laterales colocados en eje con las pilastras del inferior coronados por jarrones cerámicos (por cierto, falta el izquierdo, que debió romperse y no ha sido repuesto) flanqueando un conato de frontón partido. En este predominan las formas alabeadas y sinuosos perfiles interrumpidos por sendas volutas laterales enroscadas que dejan espacio a la única ornamentación presente en este elemento urbano. Se trata de un altorrelieve pétreo inscrito en marco quebrado conteniendo una representación iconográfica de la Trinidad. Remata el conjunto un sencillo frontón curvo sobre simple entablamento que apoya en ménsulas laterales, ambos desornamentados.

La parte trasera no presenta elementos arquitectónicos ni decorativos de interés ya que se reduce a la rosca del arco, las jambas donde apoya y el hastial de remate, con un estado de conservación y estética francamente deplorable.

Aunque no tenemos constancia de la fecha exacta de su construcción, por los elementos analizados observamos que junto a ciertos resabios tardobarrocos se muestran ya otros más en línea con el neoclasicismo en esa transición estilística propia del cambio de siglo, por lo que podríamos calificarlo de cierto eclecticismo.

Ignoramos la autoría de esta construcción de patrimonio urbano. Ningún historiador lo ha mencionado, ni siquiera Ramos Caneda lo asocia a arquitecto alguno en su obra citada cuando comenta la amplia nómina de maestros de obras de El Puerto desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta fines del XIX. Para el entorno de la plaza de los Jazmines en la época en que pudo levantarse el Arco de la Trinidad (entre el último cuarto del Setecientos y primero del siguiente, según hemos ido deduciendo) nos interesan especialmente dos de esos arquitectos: Díaz y Ojea. Francisco Saturnino Díaz (maestro mayor entre 1755 y 1780, que por ejemplo, “participó en la ordenación y remodelación de la entrada de la ciudad desde la carretera de Jerez, dentro de los planes de mejoras de la ciudad del Conde O’Reilly” (pág. 23). En cuanto a Bartolomé Ojea Matamoros (maestro mayor entre 1782 y 1817) es conocido sobre todo por construir el cementerio campal o de la Santa Cruz (1806) y supervisar e intervenir en todas las actuaciones urbanísticas y arquitectónicas de la ciudad. Por cuestiones cronológicas y sentido clasicista de la propuesta arquitectónica y ornamental nos parece más que probable que fuera proyectado por uno de estos dos maestros mayores de obras de El Puerto.

Francisco González Luque

Arco de la Trinidad. Cara principa
Arco de la Trinidad. Cara principal. Foto F. González Luque
Arco de la Trinidad. Cara trasera.
Arco de la Trinidad. Cara trasera. Foto F. González Luque
Arco de la Trinidad. Detalle del cuerpo superior.
Arco de la Trinidad. Detalle del cuerpo superior. Foto F. González Luque

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