Recogemos en este apartado la ICONOGRAFÍA y valoración de la representación en piedra del misterio de la Santísima Trinidad que alberga el tímpano del frontón del segundo cuerpo de este arco. Escenifica el dogma católico que reconoce que Dios es uno y trino a la vez.
Las ilustraciones plásticas debían plasmar dicha complejidad teológica con la difícil tarea de materializar el carácter abstracto de distinguir las tres personas divinas relacionadas entre sí: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. En vez de recurrir a los símbolos geométricos (los frecuentes triangulo equilátero, círculo o tres anillos entrelazados), la mayoría de escultores y pintores, como en el altorrelieve que analizamos, prefirió la antropomorfización y zoomorfización de estos seres sobrenaturales: Padre e Hijo en forma humana pero diferenciados y Espíritu Santo representado como paloma.
La composición sigue un esquema triangular fusionando la horizontalidad y verticalidad típicas en otras iconografías trinitarias: Padre e Hijo, yuxtapuestos, sedentes y frontales, ocupan los laterales separados (o unidos, más bien) por el triángulo simbólico y en el vértice el Espíritu Santo como paloma centrando la parte superior.
Dios Padre se representa como un anciano de larga barba sosteniendo con la mano izquierda el globo del universo apoyado en su pierna. El Hijo, sentado a su derecha, se identifica por presentar llagas en manos, pies y costado. Mientras el Padre viste túnica y manto, Jesucristo descubre el torso mostrando la herida del costado, hacia la que dirige su gran mano izquierda. Ambas figuras sostienen entre las manos el simbólico triángulo trinitario y apoyan los pies sobre nubes. Rematando la escena, el Espíritu Santo sigue la tradicional representación en forma de paloma con la cabeza inclinada hacia las figuras de Dios Padre e Hijo desplegando sus alas, de gran envergadura.
En cuanto a la VALORACIÓN del relieve, su autor pudo haberse inspirado (sin salir de El Puerto y con ligeras variantes) en los modelos iconográficos de este misterio teológico anteriores en estilo y cronología conservados facetas artísticas diferentes: el azulejo perdido que coronaba el hastial de la fachada de la finca «El Caracol» (frente al Cementerio) y el altorrelieve en madera policromada que aún corona el ático del retablo mayor de la iglesia conventual de la Concepción, ambas notables obras dieciochescas. Asimismo E. López Rosendo nos informa de la recuperación en excavaciones arqueológicas realizadas bajo su dirección en la necrópolis de Santa Clara y en concreto en un enterramiento del siglo XVIII de una medalla de la Santísima Trinidad con un modelo similar.
En el caso del Arco de la Trinidad la inspiración del conjunto en modelos y obras barrocos y cierta habilidad compositiva no se corresponde con la impericia en la ejecución de las figuras. resueltas de manera tosca, con tratamiento desproporcionado, sin detalles anatómicos, indumentaria imprecisa y facciones inexpresivas. La paloma parece obedecer a otra época y escultor posteriores, posiblemente rehecha tras deterioro o pérdida de la primitiva, como se desprende de la comparación entre el estado actual (otro color en la piedra y mayor realismo en la interpretación del plumaje, por ejemplo) y fotografías más antiguas.
Francisco González Luque