El «Colegio de la Torre». Primer colegio de los jesuitas en El Puerto

En la calle Luna, esquina a la calle Pedro Muñoz Seca, tradicionalmente conocida como Nevería, se alza un edificio de grandes proporciones, hoy casa de vecinos, en cuyo ángulo destaca una magnifica torre octogonal con vanos de medio punto en cada uno de sus lados y barandilla perimetral, cuyo estado de conservación bien merece unos trabajos de limpieza y restauración.

Es el único vestigio que permanece visible del que fue colegio de San Francisco Javier, el primer colegio que tuvieron los jesuitas en El Puerto, motivo por el que la calle Luna también fue conocida como calle Compañía o de los Jesuitas.  

Siguiendo a M. Pacheco Albalate en sus magníficos trabajos sobre la presencia de la comunidad jesuítica en la ciudad, en 1719 el reducido número de ignacianos que vivían en El Puerto, abandonaron su primera ubicación en  las proximidades del convento del Espíritu santo y se trasladaron a un conjunto de casas delimitadas por las calles Nevería, Luna y San Bartolomé (hoy Placilla), llamadas de Los Carreño, donde instalaron un oratorio temporal de pequeñas dimensiones, con la firme idea de levantar allí su colegio, bajo la advocación de San Francisco Javier.

Debido a la oposición de la casa ducal, tendrían que esperar hasta 1730, poco después de la incorporación de El Puerto a la jurisdicción de realengo, para obtener del Supremo Consejo de Castilla la autorización deseada.

Las obras del colegio dieron comienzo en 1732 y poco después se empezaron a impartirse las clases. Mientras tanto continuaba las obras en el resto del edificio cuya fábrica en 1764 aún no había finalizado pues en esta fecha el historiador local A. Ruiz de Cortázar (p. 434) escribe:

 Al presente solo están labradas las escuelas, una iglesia interin primorosa, con dos medios ángulos y diferentes aposentos, con una torre muy alta y hermosa y otras oficinas útiles al Colegio, y concluido será uno de los más capaces que hay en esta Provincia.  Luego que hubo comodidad se abrieron escuelas para leer y escribir, en que aprenden más de 700 muchachos, y clase de gramática a que concurren más de 60 estudiantes. […].

Y sobre la nueva iglesia que se estaba edificando en la esquina de las calles Luna y San Bartolomé puntualiza:

[…] tiene no solo abierto los cimientos, delineadas las capillas, sino levantadas las paredes principales y columnas hasta casi las cornisas y será acabado en breve tiempo […]

Pero este breve tiempo nunca llegó y la iglesia no pudo terminarse, ya que tres años después, en 1767, Carlos III firmaría el decreto de expulsión de los Jesuitas y los seis ignacianos alojados en del colegio de La Torre salieron, como el resto de sus compañeros, camino al destierro.

El colegio se mantuvo como centro docente hasta 1838, y sobre el inconcluso templo en 1845 fue levantado el querido por los portuenses Teatro Principal, lamentablemente destruido por un incendio en 1984. Recoge Pacheco Albalate (2017, 55, nota 15) que una vez apagado el incendio, a través de los restos calcinados y humeantes detrás del escenario se pudieron distinguir claramente los arranques de lo que se pretendió fuera iglesia, e incluso los bosquejos de sus capillas.

R.G.R.

Colegio de San Francisco Javier
El antiguo colegio San Francisco Javier por el lateral de calle Luna
Colegio de San Francisco Javier
El antiguo colegio San Francisco Javier por el lateral de la calle Pedro Muñoz Seca
Detalle de la torre octogonal que corona el edificio
La calle Luna a principios de siglo. A la izquierda el teatro que se levanto aprovechando la inconclusa fábrica de la iglesia.

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