Dimensionado

La anchura de las calles entre pilares de las bodegas catedrales viene determinada por las dimensiones de las botas que en ellas están dispuestas. Cada calle tiene dos hiladas o andanas de botas que contienen el vino y dejan entre ellas el espacio suficiente para el trabajo. La disposición más usual es la que permite que pueda pasar una bota al ruedo y otra bota atravesada en reposo, por lo que se suele denominar de «ruedo y bretona». 

La longitud de la bota gorda de 36 arrobas suele ser de 1,3 m y su anchura de 0,9 m. Además, hay que dejar un espacio adicional de aproximadamente 0,5 m por detrás de las botas, que suele ser la anchura de los pilares, para permitir el trabajo de los toneleros que tengan que reparar los salideros de las botas. Sumando todas estas dimensiones, la calle debe tener una anchura de 5,5 m. 

Las bodegas más grandes tienen 6 calles, por lo que la anchura total debe ser de 33 metros. Por eso se suele decir que las mejores bodegas son las que tienen la edad de Cristo. Con esta disposición la capacidad media de la bodega es de 1 bota por metro cuadrado de bodega.

Existen otras disposiciones menos usadas como la de «dos ruedos» que permite el paso simultáneo de dos botas rodando lo que exigiría un espacio libre de 2,7 metros, por lo que la anchura total de la calle sería de 6 metros. Y también la disposición de «a la bretona» en la que cabe una bota atravesada y se deja espacio para el paso de una persona, por lo que el espacio libre entre andanas sería de 1,40 y la anchura total de la calle de 4,70 m.

Esta era la disposición clásica cuando el movimiento de botas en bodega se hacía a mano y los materiales de construcción de la bodega eran los tradicionales. En la actualidad las botas se mueven cuando es necesario con carretillas, por lo que los pasillos entre botas pueden ser más estrechos. Y los modernos materiales de construcción permiten unas anchuras entre pilares mucho mayores, como los 26 m de distancia entre pilares de la nueva bodega del Grupo Estévez en Jerez que se construyó en el año 2000, pero manteniendo la estructura clásica de techo a dos aguas. Esto aumenta la capacidad de la bodega hasta 1,5 botas por metro cuadrado.

La bodega de estructura clásica de mayor tamaño del sector es la bodega San Patricio que en su tiempo perteneció a Garvey de Jerez y tiene 166 metros de largo y 34 de ancho más el soportal, por lo que tendría una capacidad de almacenamiento de unas 6000 botas. Desafortunadamente en la actualidad es la sede de un conocido supermercado y ha sido recortada en el extremo posterior.

En El Puerto las bodegas no suelen pasar de unos 100 m, como la bodega de La Palma o la bodega de San José. También se debe añadir que durante un tiempo el tamaño y el lujo decorativo y constructivo de las bodegas fue un motivo de ostentación de sus propietarios que competían entre ellos para ver quien la hacía más grande y mejor.

Juan Gómez Benítez

Bodega Lustau

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