De las quince ermitas que H. Sancho documenta en El Puerto de Sta. María en el siglo XVI, Santa Clara es la única que se conserva en la actualidad.
Ubicada al final de una de las calles más antiguas del entramado urbano, la calle Santa Clara, hoy Carmen Pérez Pascual, en la época de su construcción la ermita constituyó un edificio aislado en la periferia septentrional de la ciudad.
Según E. López Rosendo, la fundación de esta ermita dedicada a Santa Clara de Asís pudo estar en manos de los franciscanos a partir del establecimiento de esta Orden en El Puerto, en 1517. Por su parte el vicario Martin de Radona señala el año 1519 para el comienzo de su construcción.
Las excavaciones arqueológicas realizadas por la investigadora anteriormente citada, han corroborado que se trataba en origen de un sencillo edificio de tradición mudéjar con planta rectangular y cubierta a dos aguas. La cabecera del templo se orientaba, al igual que hoy en día, hacia el noroeste y la puerta de acceso estaba al sudeste.
Una imagen de esta primitiva ermita se intuye en la panorámica preliminar realizada por Wyngaerde en 1567 desde la cuesta de Bellavista, aunque el artista flamenco no la recogió en la vista final.
En el siglo XVII, tal vez a causa del terremoto de 1636 que asimismo afectó de manera notable a la Iglesia Mayor Prioral, fue remodelada. Se añadieron dos espacios nuevos a la nave central original, de manera que el resultado final fue un edificio de planta de cruz latina con brazos de diferentes longitudes. Hacia el extremo noroeste, como prolongación de la nave central, se construyó un presbiterio coronado con una cúpula que culminaba en una linterna que daba luz a su interior.
Al final del brazo oeste, sobre una bóveda de aristas se conservan cuatro escenas de pinturas al fresco de temática religiosa, probablemente a la segunda mitad del siglo XVIII o principios de la siguiente centuria que representan a San José, San Joaquín con el niño, la paloma símbolo del Espíritu Santo y el Padre Eterno.
Tanto en su interior como en su exterior se implantó desde la fundación del edificio religioso hasta su abandono, como consecuencia de la creación del cementerio actual, una necrópolis (“cementerio del exido” o “cementerio campal”) de la que daremos cuenta en un próximo articulo.
Aún quedan unos días para conocerla. Con motivo de la pieza del mes organizada por el Museo Municipal, la ermita puede visitarse hasta el próximo 31 de octubre entre las 10:00 y las 13:00 horas, debiendo realizarse cita previa. Merece la pena.
R.G.R.