La cara B de la ciudad. – Cuando se presume de modernidad mientras se abandona la memoria

¿Qué hacemos?

En los últimos tiempos, el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María está difundiendo con entusiasmo una imagen renovada de la ciudad. Se multiplican los mensajes que celebran la transformación urbana, las mejoras en movilidad, sostenibilidad y espacio público. Según el relato institucional, que se repite a través de eslóganes, la ciudad «avanza», «luce como nunca» y se habla de inversiones, remodelaciones y nuevas infraestructuras, como prueba de un supuesto modelo ejemplar de ciudad que mira al futuro con paso firme.

Pero tras este discurso triunfalista, se esconde una realidad mucho menos brillante: la conservación del Patrimonio Histórico está siendo relegada, cuando no directamente ignorada. La ciudad que se muestra al exterior con entusiasmo está, al mismo tiempo, perdiendo las huellas de su propia historia.

Basta con observar algunos casos para comprobarlo: lamentable estado de monumento a Muñoz Seca; peligros de desprendimientos en Arco de la Trinidad; usurpación de suelo público en los soportales de la Ribera; descuido del espacio expositivo del Muelle de Galeras, ocupación indebida del paseo fluvial; ausencia de Registro de Solares y edificaciones ruinosas, abandono del acueducto de Sidueña y Pozos de la Piedad, entre otros, por citar algunos de los que iremos dando puntualmente cuenta detallada de su estado.

Estos ejemplos reflejan una tendencia preocupante: intervenciones poco respetuosas, inacción ante el deterioro y, en muchos casos, una gestión que parece más interesada en borrar que en proteger. Se destruyen fachadas singulares, se alteran tramas urbanas tradicionales, y se desfiguran espacios que forman parte de nuestra identidad colectiva.

Nos preguntamos: ¿Qué clase de modernidad se construye a costa de la memoria? No se puede hablar de una ciudad ejemplar mientras se margina y diluye el legado que nos define.

El patrimonio no es un lujo, ni un freno al progreso. Es una parte esencial de lo que somos: un recurso cultural, social y económico que, bien gestionado, puede convivir con la innovación. No se trata de nostalgia, sino de responsabilidad.

Por todo ello, instamos al Ayuntamiento a revisar con urgencia y seriedad su política de conservación patrimonial. Modernizar no debe significar olvidar. Y a la ciudadanía, le lanzamos un llamamiento claro: defendamos aquellos lugares que aún nos recuerdan de dónde venimos. La ciudad que queremos construir no puede basarse en el olvido.

Asociación Betilo de defensa del Patrimonio Histórico de El Puerto de Santa María

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