En la mayoría de las regiones vitivinícolas de España existen museos o centros de interpretación que informan a los visitantes sobre los procesos de elaboración y las características generales de los vinos y en particular sobre los vinos de la región donde se ubica el centro o de la empresa bodeguera que lo sustenta.
El marco de Jerez cuenta con un amplísimo contenido propio de todos los conocimientos relacionados con el vino (históricos, vitícolas, enológicos, sociológicos, etc.) que bien merecería ser albergado en un museo del vino de Jerez. Pero por diferentes razones la ciudad de Jerez ha renunciado a ello y son las numerosas bodegas ubicadas en esa ciudad las que ofrecen ese servicio en los centros de visitas que poseen.
Por el contrario, dos ciudades del marco de Jerez cuentan con centros de interpretación del vino específicos. Chiclana fue la primera en hacerlo y alberga un excelente Centro de Interpretación del Vino y la Sal instalado en una antigua bodega rehabilitada y Sanlúcar de Barrameda abrió recientemente el recoleto Centro de Interpretación de la Manzanilla en la lonja de mercaderes de estilo gótico de Las Covachas.
En El Puerto de Santa María se ha presentado recientemente a todos los grupos políticos que conforman la corporación municipal de nuestra ciudad el proyecto de creación del Centro de Difusión de la Cultura del Vino Fino. Este proyecto está siendo promovido por Betilo, asociación de defensa del patrimonio histórico de El Puerto, y por el Ateneo del Vino, asociación de defensa de la cultura del vino.
La creación de un centro de estas características en nuestra ciudad ha sido un largo anhelo de un amplio número de portuenses relacionados con este sector que nunca ha encontrado eco en nuestra administración local.
Pero el desarrollo del Peprichye conlleva la cesión al ayuntamiento de una serie de cascos de bodegas para equipamiento y servicios públicos, alguna de las cuales puede albergar este centro. En particular, las asociaciones promotoras hemos propuesto la bodega de Cuesta ubicada en la esquina de las calles Palacios y San Bartolomé, propiedad actualmente del Grupo Caballero. Dentro del Peprichye esta bodega constituye el Área Específica de Revitalización Bodega Cuesta (AER) 09 que será cedida al ayuntamiento, lo que ha permitido la aprobación de la refuncionalización del resto del conjunto bodeguero ubicado en la plaza de España y la calle Palacios para usos comerciales y turísticos dentro del AER-22 Calle Palacios.
La bodega Cuesta cuenta con varias características que la convierten en una sede adecuada para este centro: una estructura que responde a la tipología típica de bodega catedral de la zona, una larga historia de crianza de vino fino en su interior, una superficie de unos 750 m2 que permite albergar diversidad de contenidos, un buen estado de conservación y una ubicación inmejorable en pleno centro del casco histórico.
Por otra parte, la elección de la temática del centro en relación con la Cultura del Vino Fino tiene que ver con el hecho de que, dentro del amplio catálogo de tipos de vinos que se elaboran en el marco de Jerez, sin duda son los vinos finos de crianza biológica la más genuina aportación del marco de Jerez a la enología mundial. Porque vinos de crianza oxidativa y dulces hay muchos en el mundo, pero la crianza biológica constituye una especificad del marco de Jerez.
Y la elaboración de vinos finos siempre se ha asociado a El Puerto, igual que la de manzanilla a Sanlúcar y la de olorosos y dulces a Jerez. Esta asociación del vino fino con nuestra ciudad se produjo en los primeros decenios del siglo XIX cuando se ubicaron aquí muchas bodegas al tiempo que se empezó a generalizar la crianza biológica como forma de elaboración de vino. Muy pronto los bodegueros establecidos en El Puerto comprobaron cómo los vinos finos criados en nuestra ciudad poseían unas características diferenciadas y normalmente preferibles que los criados en Jerez.
Juan Gómez Benítez