El enclave arqueológico de Doña Blanca es una pequeña colina de aproximadamente 6,5 hectáreas a 31 metros de altura sobre el nivel del mar. Se ubica dentro del término municipal de El Puerto de Sta. María, entre la Sierra de San Cristóbal y una extensa llanura ganada al mar por los aportes del río Guadalete. El perfil de la sierra, con una altura máxima de 129 metros sobre el nivel del mar, destaca sobre un entorno eminentemente llano y desde su cima se domina visualmente una amplia superficie de bahía y campiña con un indudable papel estratégico que debió ser además en época antigua un hito para la orientación de navegantes.
El Enclave es tan solo una pequeña porción de la zona arqueológica que cuenta con un área de protección de unos dos millones de metros cuadrados en la que se engloban otros elementos patrimoniales singulares, como el Poblado de La Dehesa, el Hipogeo del Sol y la Luna, el Yacimiento y la Necrópolis de las Cumbres y las Canteras, testimonios de las distintas relaciones que a lo largo de la historia el hombre ha establecido con el mismo entorno físico.
Los restos más antiguos encontrados en las diferentes campañas de excavación realizadas bajo la dirección del Prof. Dr. Diego Ruiz Mata, se fechan en una fase tardía de la Edad del Cobre, hacia finales del III milenio a.C. A este momento pertenecen algunos fondos de cabañas dispersas que se adaptan a la topografía original del terreno. Posteriormente se produce una fase de abandono —en la que el yacimiento permanece deshabitado– que se prolonga hasta mediados del s. VIII a.C. momento en el que vuelve a ser ocupado.
Ya en el s. VIII a.C. se convierte en una auténtica ciudad, dotada de muralla, que permanecerá habitada de manera continuada hasta fines del s. III a.C. Durante estos cinco siglos de vida ininterrumpida, la ciudad sufre varias remodelaciones urbanísticas y la construcción de otras dos murallas. Vuelve a quedar abandonado desde finales del s. III a.C. hasta la época medieval islámica, momento en el que se estableció una alquería almohade (s. XII).
En la campaña de excavaciones de 1991, se excavó en la cima de la Sierra de San Cristóbal una bodega completa. Tuvo una duración de aproximadamente un siglo de actividad. Se construyó a fines del siglo IV o inicios del III a.C. y se abandonó hacia el 215-210 a.C. En la actualidad es la bodega completa más antigua de las conocidas en las zonas productoras de vino en la antigüedad.El nombre del enclave deriva de la torre allí existente. Se trata de una pequeña edificación con planta de cruz griega construida a finales del siglo XV, conocida como torre de Doña Blanca que en su origen fue la ermita de Nuestra Señora de Sidueña. Lo que actualmente contemplamos es el resultado de una reconstrucción realizada en la segunda mitad del siglo XIX. Una interpretación historiográfica de época moderna identificó a esta torre como el lugar en el que sufrió prisión y muerte doña Blanca de Borbón (1361), esposa de Pedro I, de ahí el nombre por el que hoy la conocemos.
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