Al hilo de la reciente concesión del diploma de Patrimonio Histórico Local 2023 por parte del Ayuntamiento a los propietarios de la “Sala Milwaukee” nos detenemos en esta ocasión en este histórico edificio (FOT. 1).
Se ubica en el límite norte de la maltratada plaza de la Pescadería, haciendo frente a la antigua calle de los Oficios de Escribanos, actual Micaela Aramburu y con fachada trasera al río (FOT. 2).
Si bien parece que en el lugar, según la información aportada por Anselmo Ruiz de Cortázar, estuvo situada en el siglo XVII la que fuera pescadería de la ciudad, en la siguiente centuria dicho emplazamiento fue ocupado por un mesón, el denominado “Mesón de Bulé”, al que sin duda corresponde, con algunos cambios, el edificio que vemos en la actualidad.
Con este el nombre, “Mesón de Bulé” figura en un plano (FOT. 3 señalado en verde), al que hemos hecho referencia en otras ocasiones, levantado en 1757 con motivo del conflicto que se planteó entre el Gobernador y los distintos capitulares sobre la ubicación que había de tener el fallido proyecto de construcción de la Casa Capitular y cárcel. En el mismo se recoge con gran detalle la recién creada plaza “del Embarcadero”, (posterior plaza de la Pescadería), así como las calles y edificaciones adyacentes y en el límite norte de la plaza, ocupando la misma manzana que hoy, aparece delineado el sitio del mencionado mesón.
El hecho de que desde mediados del XVIII esta plaza se convirtiera en la puerta de entrada a la ciudad de los viajeros procedentes de Cádiz, ya que su muelle era el lugar llegada y salida de los barcos que conectaban con esta localidad, conllevó la instalación en su entorno de mesones y posadas para atender las necesidades de los transeúntes y viajeros.
Recordamos que en la calle Pozuelo, haciendo esquina con la antigua Aurora, actual Micaela Aramburu, estuvo en estas mismas fechas emplazada la conocida posada de las “Rejas Verdes”, propiedad del Hospital de Mujeres de San Sebastián, reformada en el siglo XIX (FOT. 3, en rojo) , y también en el edificio conocido como Aduana, en las casas que la Corona había confiscado tras la invasión de la ciudad por las tropas anglo-holandesas a Jacinto Mels, se encontraba la llamada “Posada del Rey” (FOT. 3 en rojo).
En 1752, según las Respuestas Generales del Catastro del Marques de la Ensenada, El Puerto contaba en el núcleo urbano con diez mesones y cuatro posadas, dos pertenecientes a eclesiásticos y los restantes a seglares, más dos ventas en el término, ambas de seglares.
De todos ellos, la sala “Milwaukee” constituye sin duda el mejor exponente de este tipo de edificios públicos, que gracias a la sensibilidad patrimonial y el buen hacer de los hermanos Anelo Laínez, se conserva casi en su integridad.
Posee dos alturas y parecen ser de la época tanto los enormes portalones que se abren a ambas fachadas (FOT. 1 y 4) como la disposición interior de las crujías, el patio (FOT. 5 y 6) y las amplias arcadas interiores para las caballerías y carruajes (FOT. 7).
Conocida por su extensa programación musical esperamos que estas notas ayuden a valorarla además desde el punto de vista patrimonial y sirva de ejemplo de cómo el patrimonio histórico, testimonio de nuestra identidad, puede convivir con las nuevas demandas y necesidades de nuestro siglo.
R.G.R.