La antigua botica del Hospital de la Caridad-San Juan de Dios

Entre los múltiples bienes patrimoniales que atañen al que fue hospital de la Caridad-San Juan de Dios de los que hemos ido dado cuenta en diferentes artículos que pueden consultarse en nuestra web, se encuentra un conjunto de más de cuatrocientas piezas que conformaron la antigua Farmacia Municipal, hoy conservadas en los almacenes del Museo del Hospitalito.

Hemos de felicitarnos ya que, con buen criterio, según anunció el arquitecto director de las obras en curso en su charla del pasado día 26 de febrero, está contemplada la vuelta del conjunto a su emplazamiento original para su exposición permanente en el hospital.

Conocemos algunas de las piezas de la colección a través del catálogo de la exposición “La Farmacia y el arte de curar” organizada por el museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla en 1999, donde estuvieron expuestos algunos de los recipientes para la conservación de drogas y diversos instrumentos farmacéuticos y mediante la tesis realizada en 2011 por Carmen Sapena Boza sobre “El estudio histórico de la cerámica farmacéutica sevillana”

Su cronología es diversa. Parte del botamen está constituido por un conjunto de 110 albarelos de loza decorados en azul cobalto sobre esmalte blanco muy brillante del siglo XVIII que muestra el emblema de la Orden de San Juan de Dios (cruz sobre estrella y granada abierta) (FOT. 1), herencia de la botica que debió existir del antiguo Hospital de San Juan de Dios, ubicado en la calle Luna.

Del propio hospital de La Caridad son 26 botes de cristal con tapadera del siglo XIX, pintados en verde claro, rosa y dorado que llevan como motivo central el escudo de la Hermandad fundadora del centro hospitalario, formado por un corazón flameante y una cruz en la parte superior (FOT. 2).

Con la remodelación y ampliación del hospital realizada en 1914-16 auspiciada por Doña Micaela Aramburu de Mora, la farmacia fue modernizada e instalada en las dependencias de planta baja en lo que habían sido unas accesorias ruinosas del Marqués de Valdelagrana y dotada “…de un servicio completo de tarros de drogas, balanzas, morteros etc.”. A esta fecha debe corresponder todo el botamen de porcelana de Limoges, famosa por su alta calidad, compuesto por 54 tarros cilíndricos (FOT. 3) y 26 copas, decoradas en azul y dorado con motivos epigráficos alusivos a su contenido (FOT. 4).

Además de los recipientes para el almacenamiento y conservación de las diferentes drogas, la farmacia se equipó del utillaje necesario para la elaboración de medicamentos. Conocemos por haber formado parte de la exposición anteriormente mencionada una malaxadora en hierro y cerámica que se utilizaba para mezclar de manera homogénea dos o más productos por medio mecánico (FOT. 5), y una caja de piel con aspirador Potain, para evacuar los líquidos contenidos en la cavidad pleural,y jeringa de doble vía (FOT. 6). Asimismo, una balanza de precisión del prestigioso fabricante vienés de equipos de pesaje de alta precisión Albert Rueprecht & Sohn, fue presentada hace algún tiempo como pieza del mes (FOT. 7). –

R.G.R.

1. Albarelos con emblema de la Orden de San Juan de Dios. Siglo XVIII. Foto Museo Municipal
3. Botes de farmacia cilíndricos de porcelana con tapadera. Siglo XIX-XX. Imagen del libro “La Farmacia y el arte de curar”
5. Malaxadora. Principios siglo XX. Imagen del libro “La Farmacia y el arte de curar”
7. Balanza de precisión. Principios siglo XX. Foto Museo Municipal
2. Bote de farmacia de cristal con emblema de la Hermandad de la Santa Caridad. Siglo XIX. Imagen del libro “La Farmacia y el arte de curar”
4. Botes de farmacia de porcelana en forma de copa. Siglo XIX-XX. Imagen del libro “La Farmacia y el arte de curar”
6. Aspirador Potain y jeringa de doble vía. Principios siglo XX. Imagen del libro “La Farmacia y el arte de curar”

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