La conocida vista panorámica de nuestra ciudad que el dibujante paisajista flamenco Anton Van den Wyngaerde realizó en 1567 constituye la primera imagen “realista” de El Puerto de Santa María que ha llegado a nuestros días. Por su extraordinario nivel de detalle es de gran valor histórico para la reconstrucción del paisaje y el urbanismo portuense a mediados del siglo XVI.
Con el castellanizado nombre de Antonio de las Viñas, Wyngaerde plasmó por encargo de Felipe II una cincuentena de panorámicas hispánicas, la inmensa mayoría urbanas, concebidas como modelos para los futuros frescos que iban a decorar los palacios reales.
No fue por tanto el destino de estas representaciones pictóricas su publicación, por lo que nunca llegaron a circular en versión impresa y el material acabó dispersándose. Hoy los originales se custodian en tres centros: el Victoria and Albert Museum de Londres, el Ashmolean Museum de Oxford y la Biblioteca Nacional de Austria, institución esta última en la que se conservan los dibujos de El Puerto, encontrándose disponibles on line.
Para llevar a cabo el encargo Wyngaerde, quien había entrado al servicio del rey en 1557, realizó entre los años 1562 y 1571 diferentes viajes por la Península.
En 1567 ejecuta la panorámica correspondiente a nuestra ciudad. Antes de dibujar la vista final, el pintor-cartógrafo trazó dos vistas generales –una desde la cuesta de la Belleza y otra desde las salinas de la margen izquierda del río, donde el autor se representa a si mismo sentado en lo alto de una montaña de sal– así como varios croquis de las zonas norte y sur, todos ellos obtenidos “in situ” por lo que resultan de gran valor como fuente documental al plasmar la topografía real.
En cambio en la vista final, realizada con toda probabilidad en gabinete, a pesar de su aparente realismo, utiliza ‘trucos’ visuales, como elevar el enfoque de manera forzada en una perspectiva imposible o privilegiar los elementos que considera mas representativos de la ciudad, recursos habituales en la obra de Wyngaerde con el objetivo de «mejorar» la percepción del espectador y que el soberano pudiese sentirse más orgulloso de sus ciudades (R. J. Pujades i Bataller, Historia de la Cartografía Urbana 2017: 72).
Para un conocimiento detallado de estos dibujos recomendamos por su interés el análisis que realiza Miguel Ángel Caballero Sánchez en el articulo titulado “Las vistas de El Puerto de Santa María en 1567 de Antón Van den Wyngaerde: Pautas interpretativas y análisis de contenidos” publicado en la Revista de Historia de El Puerto no 410, 2008: 109-147.
R.G.R.