Comenzaremos por el azulejo colocado sobre un simple pedestal de ladrillo ubicado en la AVENIDA DE SANLÚCAR, a la altura precisamente de la Barriada «Virgen de los Milagros».
En un panel cerámico se representa a la patrona de los portuenses, con su tradicional iconografía: coronada y engalanada con saya y manto rojo bordado, portando al Niño Jesús delante del pecho, media luna y cabeza de ángel a sus pies. El resto del panel cerámico es un marco decorativo con diversos motivos ornamentales. Se combinan los colores azules, amarillo, rojo y verde. En el ángulo inferior izquierdo consta mediante una inscripción la fábrica que lo ejecutó, “Mensaque Rodríguez y Cía, Sevilla”, aunque ignoramos el pintor que diseñara el azulejo o el fotógrafo en cuya instantánea se inspirase el ceramista. Dicho taller cerámico lo confeccionó en los años setenta del siglo XX.
Otro retablito cerámico que reproduce a Ntra. Sra. de los Milagros se conserva adosado al muro de la planta alta de la fachada de una céntrica vivienda portuense, en la calle LARGA Nº 105. Su autora, Josefa Lena, reprodujo a la Patrona en su taller cerámico en 1989.
Este azulejo representa a la patrona de El Puerto sobre las almenas del castillo y las aguas del río Guadalete, motivo frecuente en esta iconografía mariana por componer el escudo de la ciudad. Ntra. Sra. de Los Milagros (“por otro nombre Santa María del Puerto”) se representa siguiendo el modelo tradicional: erguida con el característico perfil troncocónico, coronada y engalanada con saya y manto azul bordado, con el Niño Jesús delante del pecho y media luna a sus pies. Sobre las nubes que rodean a la Patrona, una filacteria muestra una inscripción latina que reza así: «In gremio matris residet sapienta patris” (En el seno de la Madre se encuentra la sabiduría del Padre).
Y dejamos para el final la otra modalidad de azulejería, más completa por su mayor riqueza de elementos arquitectónicos y ornamentales: el retablo de azulejos adosado al piso superior de la casa alzada en la CALLE CALDEVILLA Nº 24.
Originariamente estuvo colocado en el interior de la vivienda de D. Atanasio Quijano Cieza y más tarde de su hijo D. Francisco Quijano Rosende, en la calle Larga 38. Puede datarse en la tercera década del siglo XX, habiendo sido encargado al taller de Pedro Navia Campos, ceramista extremeño afincado en Triana desde los años veinte de dicha centuria, famoso sobre todo a partir de las obras en la Plaza de España para la Exposición del 29.
Su estructura se compone del panel cerámico rodeado de una serie de elementos arquitectónicos y decorativos que realzan y embellecen el conjunto. Como el resto de retablitos de esta tipología, se trata de una obra modesta a modo de sencillo altar en el que se representa una sola imagen, en este caso la patrona de El Puerto. Está íntegramente realizado con material cerámico polícromo en las tres partes de su estructura compositiva. El cuerpo inferior está formado por una repisa de escaso vuelo soportada en ménsulas laterales, un cuerpo central o principal, compuesto por la imagen devota enmarcada por molduras decorativas donde apea el arco semicircular y el remate superior a base de una especie de guardapolvo o tejadillo en saledizo como elemento protector compuesto de tejas cerámicas bicolores. Destacamos como anécdota que la Virgen de los Milagros viste en esta ocasión la saya de conchas, una prenda de finales del siglo XVIII donada por una devota gaditana.
Francisco González