Otra de las ermitas o capillas que estuvieron ubicadas durante la Edad Moderna a orillas del Guadalete, muy ligada con la importancia que tuvo la ciudad de El Puerto de Sta. María para la Armada en las postrimerías de la Edad Media, es la capilla de las Galeras.
H. Sancho hace remontar su inicio al segundo tercio del quinientos, coincidiendo con la presencia a partir de 1540 de las Galeras Reales de España en su base de invernada en la desembocadura del Guadalete.
En origen pudo tratarse de un humilladero, consistente en un pilar o columna de piedra rematada en una cruz o imagen, rodeada de escalones, que facilitaba la práctica religiosa de las “gentes de galeras”, ya que la misa en el interior de los buques no estaba permitida. Podría corresponder a la columna sobre gradas que aparece representada junto al río, en la zona de desembarco de los navíos, en la conocida vista panorámica de El Puerto dibujada por Wyngaerde en 1564 y que M. A. Caballero interpreta con un carácter penal y jurisdiccional.
Es habitual que con el paso del tiempo estas manifestaciones erigidas al aire libre comiencen a techarse y en su lugar se levanten ermitas o pequeñas capillas. E. Pérez Fernández en su obra «El Vergel del Conde y el Parque Calderón» señala la fecha de 1657 para la edificación, en el mismo emplazamiento, de la capilla.
Se encontraba en la margen izquierda del río, aproximadamente en el centro de la actual plaza de las Galeras, en lo que entonces era la orilla de la ensenada que se formaba inmediata al sitio donde fondeaban las naves.
En el detalle del plano de 1734 del proyecto de construcción del muelle, se puede observar hasta donde llegaba la línea de pleamar previa a la construcción del nuevo muelle, con la ubicación de la capilla de las Galeras (letra E) y el muelle antiguo (letra D).
De planta cuadrada, fábrica modesta y pequeño tamaño, estaba orientada de cara al río para que los galeotes pudieran oír misa sin bajarse de las embarcaciones, pues los forzados no tenían permitido abandonar sus bancos ni estando enfermos y se les solía curar “en cadena”.
Con el traslado en 1668 de las Galeras Reales al puerto de Cartagena, debido, entre otras razones, a dificultad para la navegación ocasionada por la acumulación de arena en la desembocadura del río, la capilla perdió el cometido que tuvo en origen, pero se mantuvo con cierto culto, siempre vinculado con la Armada, hasta su derribo en 1778, con motivo de la construcción del paseo del Vergel del Conde promovido por el Conde O’Reilly.
R.G.R.
