La residencia del marqués de Atalaya Bermeja

Este año el pueblo gaditano de Algar ha estado celebrado el 250 aniversario de su creación, lo que nos lleva a detenernos en la figura de su fundador, Domingo López de Carvajal y Novoa, y en su residencia en El Puerto de Santa María (FOT. 1).

Domingo López de Carvajal, gallego de nacimiento, comenzó su andadura en tierras americanas para a su regreso, en 1730, asentarse en nuestra ciudad, donde se casó en 1739 con Margarita Carrión Dávila Benavides, estableciendo sus casas principales en la calle Pileta o Santo Domingo, en linde con la iglesia del convento de los dominicos (FOT. 2).

El perfil biográfico de nuestro personaje es bastante conocido gracias a los estudios realizados por el profesor J. J. Iglesias quien señala: “el origen de su cuantiosa fortuna estuvo en las minas de plata de Nueva España y en el comercio colonial, en el cual ejerció como cargador y que le deparo notables ganancias. Recibido como hidalgo por el cabildo de El Puerto en 1741, adquirió después 3.000 ha de tierra en el término municipal de Jerez de la Frontera. Sobre estos terrenos fundó en 1773 la villa de Santa María de Guadalupe de Algar, aprovechando la política de repoblación emprendida por Carlos III. Ello le valió la concesión para sí y para su mujer, de los títulos de vizcondes de Carrión, marqueses de Atalaya Bermeja y señores de Algar”. Fundó mayorazgo a favor de su hijo Buenaventura al que vinculó su título y señorío, falleciendo nonagenario en 1789.

Su vivienda es bien conocida por haber sido durante un tiempo sede del Área de Bienestar Social del Ayuntamiento (FOT. 3). A. Gutiérrez Ruiz (“Dos casas blasonadas de calle Santo Domingo”, 2020) refiere que dicha casa, en la vivió arrendado previamente, fue comprada por López de Carvajal en 1755 a los nietos de Vicente Villete e hijos de Felipe de Agesta, ampliándola mediante la adquisición de la finca anexa que hacía esquina a la calle Pagador, reformando su distribución y conectando ambas.

Tiene dos plantas y en ella destaca, por su rica decoración, la portada (FOT. 4). Rematada en arco de medio punto rebajado, está enmarcada con sillares almohadillados y contorneada por la característica moldura mixtilínea con los huecos decorados con motivos vegetales. Sobre ella se abre el balcón principal también bordeado con sillares almohadillados, con elegante cerrajería en hierro fundido y rematado en un frontón curvo abierto en cuyo centro figura un jarrón con flores (FOT. 5).

Como prueba de su nobleza, sobre el dintel de la puerta campea, realizado en mármol o en caliza marmórea, el escudo heráldico del que fue su propietario (FOT. 6), escudo que fue usado por la población de Algar hasta el siglo XIX (FOT. 7). Dividido en cuatro cuarteles figuran las armas correspondientes a los cuatro apellidos del marqués: en el primero la banda de Carvajal; en el segundo, en jirón, águila, león y castillo de Novoa; en el tercero, dos fajas y bordura con ocho aspas de Barreira y en el último, banda engolada en cabezas de dragones con el lema «Ave María gratia plena» en bordura correspondiente a Freire de Andrade.

Propiedad del ayuntamiento lleva décadas cerrado y olvidado y aunque de la primitiva casa, según parece, solo se conserva la fachada y el patio urge una pronta rehabilitación y puesta en uso. Patrimonio olvidado es patrimonio perdido.

R.G.R.

1. Residencia del marqués de Atalaya Bermeja
2. Situación sobre ortofoto Google Eart
3. Fachada
4. Portada
5. Balcón principal
6. Escudo del Marqués de Atalaya Bermeja
7. Dibujo del escudo en documento del Archivo Municipal de Algar.

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