Una mirada al barrio Alto nos lleva a hacer referencia a las clases sociales portuenses. En el siglo XVIII, El Puerto era una ciudad mercantil, donde la clase baja-baja integraba a dos tercios de la población. En su mayoría grupo de jornaleros del campo, de marineros, pescadores y mariscadores, sirvientes y criados, pequeños comerciantes y otros oficios. La clase baja-media, eran comerciantes, vendedores de hortalizas, pescado, miel y leche, traficantes de caballos, corredores de bestias, taberneros, maestros de primeras letras, cirujanos, sangradores, artesanos, oficiales, aprendices, corredores de postas y arrumbadores. En cuanto a la clase media-media, la componían los maestros artesanos, impresores, plateros cereros, toneleros, maestros tafiletes, calafates, maestros y oficiales carpinteros de ribera, confiteros, panaderos, tahoneros, cajeros, funcionarios, contramaestres, médicos, boticarios, taberneros, posaderos.
La clase alta representaba tan solo un uno por ciento de la población: caballeros y cargadores de Indias, grandes comerciantes, forasteros nobles, extranjeros dedicados a las bodegas y molinos de aceite.
Tanto la calle Zarza, como la Yerba, han sido calles castizas del barrio Alto. Transcurre desde la de San Juan hasta la del Espíritu Santo. Y como la de la Yerba, es paralela a Santa Fe y a Cruces. Atraviesa las calles Ganado, Santa Clara y Cervantes, y se sitúa casi en el mismo límite de la ciudad. Se consideraba zona de división de extramuros. Son salidas que la ciudad tenía al campo. Arrieros, carreteros, agricultores, viñadores la atravesaban cada mañana, para ir a faenar.
El nombre de calle Zarza se debe, sin duda, a esa planta silvestre y espinosa que crece en los caminos. Tuvo antiguamente dos nombres: “Corral viejo de las Vacas” y “Juan Márquez”. Posteriormente se le cambio el nombre por el de calle del Cardenal Enrique Almaraz y Santos, arzobispo de Sevilla y Primado de España, quien concedió el título de parroquia a la iglesia de San Joaquín. Además de coronar canónicamente a la imagen de la Virgen de los Milagros, patrona de El Puerto en 1916. Fue una calle de grandes transformaciones. La urbanización de la extensa finca del Jardín de Cano sirvió para vertebrar dos partes de la ciudad que habían permanecido desconectadas, el casco histórico y el Barrio Alto.
Las calles de El Puerto, cantadas por los poetas, citadas por lejanos visitantes, hechas escenario vivo por novelistas…
Calle Zarza
“Tu pañoliyo,
casi de viento,
grana,
casi de sangre,
para tu talle.
Tu pañoliyo
Se enredaba en la zarza
De mi mirada“
(Felipe Lamadrid)
MA.M.V.
Fuentes consultadas: Revista de Historia de El Puerto – J.L.Sánchez