La bodega del Castillo de San Marcos se localiza en el interior de este monumento (FOT.1). Actualmente tiene dos accesos: desde la calle Juan de la Cosa nº 3, donde se alza su única fachada exterior, y desde uno de los patios del propio castillo. Se trata de una curiosa bodega que pasa desapercibida en el entorno de éste por su integración en una manzana del casco histórico.
Como bien señala el Peprichye, “pertenece al grupo de cascos simples de bodegas, formados básicamente por cuatro muros de carga, dos longitudinales y dos transversales”. Su planta es irregular, componiendo un polígono en el que una estructura rectangular se une a otra trapezoidal, pero con un quiebro en uno de sus ángulos por adaptarse al solar donde se levanta (FOT. 2). Esta “anomalía” en el trazado del inmueble debe relacionarse con las últimas intervenciones urbanísticas y edificatorias practicadas en el mismo y su entorno, entre las que debe destacarse la desaparición de la Alhóndiga y Pósito, edificio del siglo XVIII derribado en 1988.
La bodega resultante se compone actualmente de tres naves paralelas a la calle Juan de la Cosa. Como singularidad destaca un pórtico en su parte trasera en el que se abre una puerta que comunica con el interior. También en la planta pueden apreciarse otro acceso al exterior y los once soportes discontinuos.
La fachada porticada alzada a uno de los patios del castillo está conformada por tres arcos escarzanos de piedra y rosca resaltada que apean en columnas toscanas (FOT. 1). Un prolongado alfiz triple decora la superficie intermedia que separa los arcos y la cornisa rematando esta fachada. El pórtico que marca la transición entre el patio y el interior de la bodega conserva una cubierta adintelada de vigas de madera soportando un tejado inclinado que apoya en los muros laterales y la arquería (FOT. 3).
En cuanto a la fachada exterior, la levantada en la calle Juan de la Cosa, si comparamos el alzado incluido en el proyecto de Diego Filgueras y la actual, comprobamos que ha sido ligeramente modificada (FOT. 4).
En aquél, en el muro de única altura una puerta de acceso se encontraba flanqueada por tres ventanas altas, rectangulares y apaisadas a cada lado y una cornisa y pretil superpuesto remataban el conjunto. En la actualidad se han mantenido éstos, el zócalo y la distribución de los vanos, si bien se aprecia una alteración en el tamaño de las ventanas extremas, que han visto ampliado su tamaño hasta el remate del zócalo (FOT.5) Las seis se cubren de reja y tela metálica. En cualquier caso, se observa que características como simplicidad, funcionalidad y sobriedad se han mantenido en esta fachada de la Bodega del Castillo. –
Juan Gómez Benítez y Francisco González Luque