Con el nombre de “Molino del Caño” se conoce en la documentación al antiguo molino mareal ubicado en el denominado Caño de la Madre Vieja. Está situado en la parte trasera del Matadero Viejo, y por tanto accesible y cercano al núcleo urbano, aunque la construcción de la estación de ferrocarril, lo aisló de la ciudad (FOT. 1).
Dispuesto en perpendicular al caño secundario del Guadalete, le permitía ejercer de tapón del cauce del caño para embalsar el agua en su estanque durante la pleamar (FOT. 2).
Utilizando la energía de las mareas, realizaba distintas tareas mecánicas, entre las que destaca la molienda de cereales. El fuerte crecimiento demográfico que tuvo nuestra ciudad en la Época Moderna supuso una mayor demanda de un producto tan básico en la alimentación humana como era el pan. Y los molinos mareales tenían mayor capacidad de producción que las tahonas, cuya rueda se movía con caballerías.
Aunque las primeras propuestas para su construcción están fechadas en 1778 y 1779 tras múltiples vicisitudes que recoge detalladamente Lourdes Márquez Carmona en un artículo de la Revista de Historia de El Puerto, el permiso para su edificación no se tramitó hasta 1815, siendo el ultimo que se edificó en la bahía gaditana. Se conoce que en el año 1819 Francisco Larrad, que por aquella fecha era el dueño del molino harinero, presenta al ayuntamiento portuense una instancia para abrir una puerta en el cercado del Matadero al objeto de facilitar el acceso a su edificio.
La llegada de las máquinas de vapor, con la Revolución Industrial, hizo que cayera paulatinamente en desuso y el Caño de la Madre Vieja, al no efectuarse los trabajos de limpieza necesarios, también fue cegándose.
En cuanto al edificio, todo el fabricado en piedra ostionera, hay que diferenciar dos partes (FOT. 3 y 4):
- los bajos del molino, es decir la parte hidráulica, en la que se daba paso al agua embalsada por medio de arcos y canales provistos de sus correspondientes compuertas basculantes y donde se encontraban los rodeznos que movían las piedras. Su cimentación, al ser terrenos muy fangosos debió realizarse mediante pilotes de madera que llegaban hasta el suelo firme.
- y el edificio propiamente dicho con dos plantas
Un plano de 1894, cuya copia se conserva en el AHMEPSM, fecha en la que era conocido como “Molino de Jesús, María y José”, permite conocer su distribución interior
En la planta baja había dos “talleres de molienda”, uno más grande con ocho “piedras trituradoras” y otro más pequeño con dos piedras más (FOT. 5). En la planta alta se encontraban las dependencias necesarias para los trabajadores: habitaciones para el administrador, cuarto para criados, alcoba, dormitorio, salón, cocina, etc. (FOT. 6).
Asimismo, en un edificio contiguo situado al oeste del molino propiamente dicho con un vestíbulo común para ambos inmuebles, se encontraba en la planta alta el granero y en la baja el taller para clasificación de harinas, establos., etc.
Atendiendo a sus valores patrimoniales y ambientales, desde la Dirección General de Costas se acometieron entre 2012 y 2013 los trabajos de rehabilitación (FOT.7). Se recuperó la fisionomía original del molino en todos sus alzados, salvo el frontal por estar totalmente perdido (FOT. 3) y en su interior se generó una estancia amplia que permitiera una variedad de usos (FOT. 8).
En la actualidad el Molino del Caño ha pasado, por una concesión administrativa, a la empresa del conocido cocinero Ángel León quien ha instalado un “Laboratorio de Investigación Gastronómica Marina”, recuperando así una de las actividades con las que también se relacionaban estos molinos mareales, el aprovechamiento de recursos pesqueros y marisqueo.
R.G.R.