Aunque en 1668 las galeras reales ya habían abandonado El Puerto como lugar de invernada, el esplendor económico y comercial del que gozó la ciudad en el siglo XVIII gracias al comercio colonial y el intenso tráfico de navíos, muchos de ellos de la Armada al ser la ciudad sede de la Capitanía General del Mar Océano, requería un muelle acorde con estas necesidades
A instancias del Capitán General Tomas Idiáquez en 1735, se edificó un nuevo muelle, cuyo proyecto, firmado el 26 de octubre de 1734 por el ingeniero militar Bartolomé de Mendiola, con el el título ‘Plano y perfil del modo que se debe hacer el muelle del Puerto de Santa María se conserva en el Archivo General de Simancas (AGS MPD,16, 028)
El muelle se dispuso lindero al antiguo, pero más avanzado al río, ganándose terreno a la línea de pleamar. Levantado en mampostería, tenía enfrente 34 m, 11 m de fondo y 4,70 de altura. Anejo a él para encauzar el río, se levantó un muro de 103 m de longitud, que también hacía las veces de muelle, prolongándose hasta donde desaguaba el principal sumidero de aguas residuales de la ciudad, el llamado ‘caño de la Villa’, que bajaba por la plaza de la Herrería y cuya entrada aparece señalada a la derecha del plano con la letra M
En su borde (letra F) a fin de favorecer la aguada directa de las embarcaciones, además de abastecer fácilmente a los vecinos y suministrar agua a Cádiz, se levantó en la misma fecha la conocida Fuente de las Galeras .- R.G.R.