Esta bodega, situada a comienzos de la calle Palacios, se ha asociado siempre a sus últimos propietarios José de la Cuesta y Grupo Caballero, que es su propietario actual y no a Marcos Gutiérrez de Valle que la edificó en el año 1848, como aparece en la cartela sobre la portada de la bodega (FOT. 1 y 2) donde aparecen sus iniciales MGV. Esta bodega es contigua a la casa que da a la Plaza de la Iglesia que está justo enfrente de la Iglesia Mayor Prioral, y que también fue de su propiedad al mismo tiempo (FOT. 3).
Marcos Gutiérrez compró el solar en 1847 a D. Manuel Lorente, administrador del Duque de Medinaceli, y construyó la bodega sobre los restos del palacio del duque, que en esas fechas debía ya estar muy deteriorado (FOT. 4).
Marcos Gutiérrez de Valle nació en la pequeña población de Cistierna en la provincia de León próxima a Cantabria, y se afincó en Cádiz en fecha que no conocemos, siendo miembro de la amplia colonia de montañeses que habitaron nuestra región.
En su testamento (Archivo Histórico Provincial (año 1863, legajo 0530, pp. 538-549) (FOT. 5) se ha podido comprobar que Marcos Gutiérrez de Valle no tuvo descendencia, por lo que sus bienes los heredaron sus sobrinos y sus descendientes, a los que José de la Cuesta Gómez del Corral compró la bodega y la casa hacia 1880. Su hijo José Luis de la Cuesta Aldaz vendió todas sus bodegas y propiedades inmobiliarias a la bodega Caballero presidida por Luis Caballero Noguera en el año 1939, compañía que sigue siendo la propietaria actual. Pero cuando Caballero compró las bodegas Lustau en Jerez en el año 1990 trasladó allí los vinos contenidos en esta bodega que quedó desde entonces vacía y sin uso (FOT. 6).
Marcos Gutiérrez también poseía dos viñas llamadas Caldera y Zorrilla en el pago de Los Tercios y otra llamada Sandino en el pago de Balbaína.
El proyecto de la bodega fue realizado por Pascual Olivares, maestro de obras y arquitecto mayor de Cádiz. Pero este proyecto no encajaba con el modelo que estaba desarrollando en El Puerto el maestro mayor de obras Diego Filgueras quien lo acusó de romper la armonía de los edificios colindantes. Por ello, se solicitó informe a la Academia de Bellas Artes de Cádiz que aprobó el proyecto con algunas modificaciones (Barros Caneda. Arquitectura y Urbanismo de El Puerto de Santa María en el siglo XIX) (FOT. 7). Sorprende que el proyecto de esta bodega fuese acusado de falta de armonía con el entorno, cuando, bajo la óptica actual, esta bodega está tan integrada en la estética de la calle Palacios, que a buen seguro que muchos portuenses la identifican como una casa palaciega, como las varias que hay en esa calle, y no como una bodega.
Antes de construir esta bodega, Marcos Gutiérrez fue almacenista de vinos desde al menos el año 1825, como queda reflejado en la Matrícula del Registro Industrial y Comercio (Archivo Histórico Municipal). Y también fue propietario temporal de la bodega de San Miguel, actualmente de Osborne, entre los años 1836 y 1852.
De su actividad como bodeguero en esta bodega ha quedado poca información, pues en las listas de los exportadores de vinos desde El Puerto entre los años 1840 y 1870, sólo aparece de forma muy fugaz en los años 1841 y 1846, cuando era propietario de la bodega de San Miguel (FOT.8). Por ello, cabe suponer que actuaría como almacenista, vendiendo sus vinos a otras bodegas exportadoras o para el consumo local y regional.
Los autores agradecen a la Bodega Caballero el acceso a la información de su archivo histórico.
Juan Gómez Benítez y Juan Ortega Álvaro