La bodega La Palma pertenece a un conjunto bodeguero conocido como Bodegas de Exportación junto a La Honda, Los Cuarteles y Exportación, todas ellas propiedad de la empresa Osborne (FOT. 1). Estas conforman una manzana completa si incluimos las casas palacio de Jacinto de Barrios, de Böhl de Faber (así conocida porque allí habitó este famoso personaje, aunque originariamente parece que también perteneció a la familia Barrios), la casa esquinada con fachadas a las calles de Jesús Nazareno y Fernán Caballero y el patio común (FOT. 2 y 3).
Las dos casas palacio antes mencionadas fueron edificadas en el siglo XVIII mientras todas las bodegas se construyeron en el último tercio del XIX, por lo que sorprende la homogeneidad del conjunto y lo bien integrados que están sus elementos, a pesar de haber sido construidos en épocas tan distantes.
El nombre de esta bodega deriva del de la calle La Palma donde se alza su fachada principal, en la confluencia con las calles Jesús Nazareno y Bolos, que junto con el arranque de Nevería delimitan la zona conocida popularmente como “Las siete esquinas”.
La bodega La Palma se edificó en el año 1869 por Tomás Osborne Bölhl de Faber siguiendo el proyecto y los planos de Ángel Pinto Camacho (FOT. 4). Es la primera bodega construida por Osborne de la que tenemos constancia hasta el momento, cuando todavía se denominaba Duff Gordon & Co, pues no fue hasta 1890 cuando pasó a denominarse Osborne y Cía.
Según se indica en el libro Duff Gordon y la Fundación de Osborne recientemente publicado, James Duff registró su primera sociedad en Cádiz hacia 1768, dedicándose a labores de comercialización hacia el mercado británico y norteamericano de diferentes mercancías, entre ellas vino de Jerez.
William Gordon era sobrino de Duff y llegó en 1790 a Cádiz en principio como aprendiz de su tío, aunque pronto se estableció de forma independiente y tuvo una exitosa trayectoria comercial, aunque siguió teniendo residencia en Londres, donde llegó a ser parlamentario. A la muerte de su tío en 1815 heredó su empresa y cambió su apellido por Duff-Gordon por licencia real.
Duff comercializaba vinos elaborados en Jerez, El Puerto y Sanlúcar para lo que debió establecer acuerdos con diferentes bodegas, especialmente la de Juan Haurie (que fue el origen de Domecq) con la que llegó a tener una sociedad en común. En el citado libro se informa de que Duff Gordon llegó a tener bodegas en Jerez y El Puerto, aunque no conocemos todavía su ubicación.
Duff no era esencialmente un bodeguero sino un comerciante que además tenía múltiples ocupaciones derivadas de su función de cónsul en Cádiz desde 1790, cargo que ocupó durante 25 años hasta su muerte. Aquellos eran unos tiempos atribulados debido a las diferentes guerras en las que España estuvo implicada, y en las que James Duff debió mediar (FOT. 5).
Primero, aliada con Francia frente a Inglaterra, sería derrotada en la batalla de Trafalgar (1805) y poco después en alianza con esta vencerían a los franceses en la guerra de la Independencia (1808-14). Fue significativa la participación de Gordon en la financiación de las tropas anglo-españolas, sobre todo durante el asedio francés a Cádiz entre 1810 y 1812. Por esta labor obtuvo un gran respeto y cariño en la ciudad donde era conocido como D. Guillermo Duff.
Después de la definitiva derrota de Napoleón en la batalla de Waterloo (1815), y con ella el fin de las guerras napoleónicas, comenzó la hegemonía del imperio británico y la reconstrucción de Europa, lo que aumentó enormemente la demanda de vino de Jerez en el Reino Unido, incrementada hasta la década de 1870, llegando a alcanzar un máximo de 68.000 botas en 1873. Fue en esta época de esplendor de ventas de los vinos de Jerez cuando se construyó la bodega La Palma, una vez que muertos sus padres, Tomás Osborne Bölh de Faber que contaba con 33 años de edad, estaba a cargo de la compañía. –
Juan Gómez Benítez y Fco. Glez. Luque
