El uso de paneles de azulejos para cubrir suelos, techos y zócalos, cuyo origen arranca con los alarifes y alfareros musulmanes, alcanzó gran desarrollo en nuestra zona asociado al estilo regionalista de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, época en la que se acometen los trabajos de remodelación del hospital de san Juan de Dios.
En las obras realizadas entre 1914 y 1916 todas las zonas comunes del edificio: zaguán de entrada con su banco, patio, escalera principal, corredores y puertas de acceso a las salas, así como despacho de dirección fueron cubiertas con altos zócalos de vistosos y coloristas azulejos vidriados procedentes de los alfares de Triana, cuyas fábricas adquirieron en este periodo su máximo esplendor. Aparte de su uso como material decorativo, ya que concedían apariencia de lujo y vistosidad a las terminaciones con materiales asequibles, servían a la vez como aislante de la humedad.
El recurso estético de estos paneles se centra en la repetición reiterada de motivos, estableciendo el efecto de una especie de tapiz o tela brocada Su diseño varía en función del lugar en el que se ubicaron, siendo distintos todos entre sí, por lo que constituyen una interesante muestra de las producciones de Triana de principios del siglo XX.
Asimismo, presidiendo la escalera principal, fue colocado un gran panel de azulejos pintados con la representación del arcángel San Miguel abatiendo al demonio inscrito en un artístico marco cerámico. Muchos de estos paneles están en peligro de desprendimiento y pérdida si no se actúa con rapidez.
R.G.R.