De al-Qanatir al siglo XVI. El grabado de 1567

Para recrear el espacio Pescadería en este periodo tenemos que considerar que tras la conquista castellana en la segunda mitad del siglo XIII se produjo una transformación urbana del caserío islámico, con el trazado de calles paralelas y perpendiculares al río, llegando a conformarse el núcleo histórico de la ciudad en un recinto rectangular, con el santuario-fortaleza en su vértice sureste, y todo este conjunto delimitado con la construcción de la muralla medieval. 

Y en lo que nos interesa, el trazado de esta muralla, según Miguel Ángel Caballero, discurre por su lindero Este en paralelo al Guadalete, desde el flanco sur del Castillo por la actual calle Jesús de los Milagros hasta la calle Ricardo Alcón.

Por tanto, debemos imaginar este espacio comprendido entre la muralla Este y el río, exento de cualquier tipo de edificación, abierto a la ribera, pero a una prudente distancia como para garantizar la seguridad del enclave frente a las mareas y crecidas del curso fluvial. Esa imagen de las aguas del Guadalete a los pies de la muralla del Castillo, que ha sido representado junto al Rey Alfonso y la virgen Santa María en varias obras pictóricas no parece nada real, aunque tiene su fuerte sentido alegórico. 

A partir del siglo XV El Puerto experimentó un gran desarrollo económico, urbanístico y demográfico, como lo ratifica la intensa extracción de piedra de las canteras de la Sierra de San Cristóbal, convirtiéndose en el principal enclave portuario del litoral y en la localidad más poblada de la Bahía.

Del siglo XVI tenemos un valioso testimonio gráfico de El Puerto, el grabado de 1567 de Antón Van den Wyngaerde. La muralla medieval ya ha desaparecido y se comprueba el extraordinario crecimiento de la ciudad: en ese espacio vacío han comenzado las primeras construcciones en torno a la cerca del Castillo y hacia el río la línea de edificación ha avanzado hasta la actual calle Micaela Aramburu.

La actividad marítima en este momento gira en torno a la presencia de las Galeras Reales, que estuvieron fondeadas en El Puerto de Santa María desde 1540 hasta 1668.

En la ribera se observan rudimentarios embarcaderos y muretes de atraque y amarre de pequeñas embarcaciones. Vemos, no obstante, que las Galeras y las embarcaciones de mayor calado están en medio del río fondeadas y desde ellas se accedería a tierra a través de botes de pequeño calado. En el propio grabado se observan otras embarcaciones menores, bien fondeadas o varadas en la propia ribera, y es lógico esta escasa infraestructura portuaria en este periodo ya que entonces ni El Puerto ni Cádiz habían entrado de lleno en la carrera de Indias.

Con todo, ya está señalado en el grabado con la letra G el edificio de la Aduana del Duque de Medinaceli en la esquina de la calle Palacios y en su delantero lo que parece una zona de atraque y almacenaje de mercaderías. En cambio, en la zona delantera del Castillo ningún atisbo todavía de lo que en su día será la zona portuaria por excelencia de El Puerto: La Pescadería.

F.J.R./R.G.R

Plaza de la Pescadería.  El grabado de 1567.
Anton Van den Wyngaerde. 1567. Detalle El Puerto de Santa María. Biblioteca Nacional de Austria. Signatura: Cod. Min. 41.

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