Refiere H. Sancho en su celebre Historia del Puerto que las poblaciones marítimas y florecientes como El Puerto de Santa María en la primera mitad del setecientos precisaban, si no se quería correr peligro de una repetición de los sucesos de 1702, la construcción de cuarteles para albergar la guarnición.
Aunque no es hasta 1766 cuando se consigue edificar en la plaza del Polvorista los cuarteles de caballería e infantería (actual teatro municipal), existieron otros proyectos previos.
El plano que presentamos es un proyecto fechado en 1742. Se conserva el Archivo General de Simancas y está firmado por el teniente coronel e ingeniero en jefe Joseph Petit de Lacroix, miembro del Cuerpo de Ingenieros de la Monarquía Española desde 1731, destinado en Andalucía en 1741.
Se pretendía con el mismo dar alojamiento a un ejército cada vez mas numeroso y profesionalizado y evitar los problemas que planteaba el hospedaje de las tropas en mesones y casas particulares. A él se refiere Acale Sánchez (2004:40) quien indica que La Croix elige para su construcción un inmueble preexistente, una casa almacén del siglo XVI que había sido arsenal de galeras y se encontraba en buena parte sin utilizar.
Este edificio, al que Sancho de Sopranis alude como las “Casas del Rey” y al que dedicamos un articulo anterior, fue trazado en 1603 por el ingeniero real Cristóbal de Rojas sobre la antigua casa de D. Juan de las Heras con la finalidad de atender los necesarios trabajos de mantenimiento y avituallamiento de la escuadra de galeras del reino de España que tenía su invernadero en el Guadalete. Dicha instalación contaba con un muelle propio de acceso al río, y estaba situada en el límite meridional de lo que era la ciudad del seiscientos.
Más de un siglo después este arsenal, tras el traslado de las galeras al puerto de Cartagena en 1668, había perdido su función y se encontraba en buena parte infrautilizado. Debido a su ubicación, en las afueras de la ciudad, aunque ya integrado en la misma, sus notables dimensiones, así como su configuración rectangular, lo que permitía colocar en la menor superficie de terreno el mayor número posible de hombres, resultaba óptimo para su transformación en acuartelamiento militar.
Aprovechando las estructuras ya existentes, Petit de la Croix proyecta un cuartel para 100 caballos, siguiendo el “Proyecto General Impreso” de 1718, reglamento en el que se recogían las normas que debían cumplir los cuarteles de de nueva planta o situados en antiguas construcciones adaptadas al nuevo uso. Plantea en la parte baja las cuadras, mientras que los hombres se alojarían en el piso superior al que se accedía por dos escaleras laterales. Además, estaba precedido de un terreno que a modo de plaza (actual plza. del Polvorista) servía a la caballería para sus ejercicios. Por razones que desconocemos, el proyecto no se llevó a la práctica y pocos años después se construirían en el mismo lugar dos cuarteles a los que dedicaremos el próximo artículo.
R.G.R.