La bodega de Exportación se va a describir por separado de la bodega Los Cuarteles, aunque en el Peprichye aparecen catalogadas dentro del título genérico “Bodegas Exportación” y al referirse a ellas en las observaciones las denomina “Los Cuarteles, pues las considera como “dos cascos bodegueros de cinco naves alineados a la calle Catavino” (FOT. 1).
La conocida propiamente como Bodega de Exportación presenta una planta ligeramente irregular aproximada a un rectángulo por adaptarse a la configuración del solar, esquinado entre las calles Fernán Caballero y Catavino. Su estructura queda dividida en cinco espacios paralelos a ésta distribuidos a modo de naves separadas por cuarenta y ocho soportes. En su planta se observan también los tres accesos al interior: dos puertas de entrada desde el patio y otro desde la bodega Los Cuarteles.
Fachada a la calle Fernán Caballero.
Para describir esta fachada nos basamos en el plano de alzado del proyecto original conservado en el Archivo Histórico Municipal de El Puerto y en la imagen urbana actual, muy respetuosa con aquél (FOT. 2).
Como la mayoría de las bodegas, resulta evidente que esta fachada principal de la Bodega de Exportación observa una clara tendencia a la horizontalidad. Su única altura, conformada por un lienzo de muro elevado y remate de frontón recto, limita con la calle Catavino a su derecha y el llamado “Pórtico de Duff Gordon” que da acceso al patio conocido como “El Campillo” (FOT. 3).
Otra constante a tener en cuenta, en el proyecto y en la realidad, es la creciente altura del zócalo para salvar el ligero desnivel de la calle respecto a la bodega que se alza en ella. Sobre él, el muro está interrumpido por una serie de vanos abocinados de gran tamaño ocupando casi toda la altura de la fachada en disposición simétrica: dos ventanas abiertas mediante arco semicircular flanquean la puerta en el centro de la misma, asimismo rematada por arco de medio punto.
También como en otras bodegas ésta no se abre desde el suelo sino a la altura del zócalo para descargar y portar mejor las botas desde el interior. Se han respetado del proyecto original las cuatro fajas de piedra rectangulares sobre las ventanas, a modo de sobrio detalle ornamental (FOT. 4 izquierda). Un apropiado racimo de uvas y sus pámpanos que cuelga de la clave del arco de la puerta aporta otro motivo decorativo a esta austera fachada (FOT. 4 derecha), aunque ignoramos si así lo contemplaba su arquitecto en 1870.
Una gruesa cornisa separa este primer cuerpo del frontón recto de remate que oculta la doble vertiente del tejado. En su tímpano se abren tres óculos, siendo el central más grande que los de los extremos por adaptarse a las pendientes laterales. En el plano de Ángel Pinto tanto las ventanas del muro inferior como estos óculos del frontón aparecen enrejados, detalle respetado hasta nuestros días.
Conviene reseñar varios detalles más. Como en la mayoría de estas bodegas, propietario y arquitecto han querido dejar constancia de la fecha de construcción de esta de Exportación (1870), en este caso inscrita en el soporte metálico que ocupa el enrejado del óculo central (FOT. 5). Asimismo, se debe indicar que estaban proyectadas inicialmente cuatro fajas de piedra en el tímpano del frontón, con un diseño adaptado a la pendiente del mismo, pero o nunca se llegaron a colocar o se han perdido en alguna reforma posterior.
Finalmente, también se indica que se proyectaron sendas pilastras almohadilladas en los extremos de la fachada ocupando toda su altura y jarrones de piedra rematándolas, unas y otros desparecidos o sin llegar a construirse (FOT. 6).
Fachada interior al Campillo
El exterior alzado en el patio común de bodegas, viviendas (antiguas casonas de Jacinto Barrios y los Böhl de Faber) y actuales oficinas, conocido como “El Campillo”, es muy sencilla y sobria. En la parte superior del muro de única altura se abren nueve ventanas rectangulares recercadas de sillería y dos puertas de acceso al interior rematadas en arco rebajado (FOT.7). –
Francisco González Luque y Juan Gómez Benítez