Rótulos cerámicos de numeración de caserío del S. XVIII

Rótulos cerámicos

Conoce tu Patrimonio

Testigos de la primera ordenación del espacio urbano de El Puerto en época moderna

La obligación de rotular las calles y numerar las casas sin excepción, por medio de azulejos, en todas las localidades del país obedece a un Real Despacho de Carlos III de 1771. Su origen se encuentra en Madrid en las Reales Cedulas de octubre de 1768 y es resultado de las políticas ilustradas llevadas a cabo en España por este monarca con el objetivo, de racionalizar la organización del espacio urbano.

En el caso de El Puerto, a lo largo de los siglos XVII y XVIII el tejido urbano se había ido extendiendo de manera considerable y se había enriquecido con nuevas y espléndidas edificaciones, como las casas de cargadores a Indias. Contaba con paseos y calles pavimentadas, pero carecía de una ordenación urbanística municipal. Las calles desaparecían o cambiaban sus nombres a compás de los vaivenes de la moda o el gusto popular.

Para acabar con esta anarquía, todas las calles, casas, e inmuebles como conventos, iglesias, etc. fueron nombrados e identificados, señalizándolos mediante azulejos.

Son piezas cerámicas que siguen el modelo de los rótulos de la capital hispalense, donde son conocidos como “azulejos de Olavide” por haber sido Pablo de Olavide, en su condición de Asistente de la ciudad, su promotor. Por sus características debieron encargarse en los talleres de Triana. Todas poseen el mismo esquema: sobre fondo blanco las letras realizadas en manganeso y un enmarque en azul cobalto, rematando la inscripción en una cruz también en manganeso.

Muchas de estas placas se han perdido fruto de las reformas urbanísticas, del paso del tiempo, del desuso y también de robos, motivo este último que provocó hace unos años la retirada, por parte de técnicos municipales, de una treintena de originales con la denominación de las calles y su sustitución por copias.

No obstante, caminando por el centro histórico aún nos salen al paso en las fachadas de algunas edificaciones dieciochescas estas sencillas losetas de numeración del caserío que permanecen como mudos testigos de nuestra historia urbanística. Conocerlas y valorarlas evitará su pérdida

R.G.R

Rótulos cerámicos
Cuatro ejemplos de azulejos de numeración del siglo XVIII

Compartir contenido

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies