El Puerto conserva en la calle Ricardo Alcón (FOT. A y B), antigua calle del Muro, un tramo de la muralla de la población andalusí de al-Qanāṭir (FOT. A-3), levantada en época almohade y que tras la conquista cristiana (1260) continuó formando parte de la trama urbana de la alfonsí Santa María del Puerto.
El notable crecimiento que conoció la ciudad en el siglo XV conllevó que el recinto murado medieval fuera en parte derribado y en parte integrado y encajado en las nuevas edificaciones, como ocurrió en su lienzo norte, el que discurría por el trazado de la calle del Muro, que de antiguo fue reconocido como parte de los Propios de la ciudad.
Así, en marzo de 1641, por mandato del Gobernador y de los Diputados de la ciudad se acordó en cabildo pagar a doña Petronila de la Peña 475 reales “que parece haber gastado en los reparos del muro de esta ciudad que está en el caño de la villa el cual si no se reparaba y cayera fuera en [ROTO] y perjuicio de esta ciudad y costaba mucho el cegarlo”, empleándose en la obra 10 carretadas de cantillos, 9 carretadas de ripios y 8 cahíces de cal y arena.
En abril de 1698, en el mismo lugar o muy próximo, en la calle entonces llamada de la Tripería (por el Matadero público que aquí existió hasta 1699, con acceso desde Ganado), el cabildo “propuso a la ciudad que en la calle Tripería hay un pedazo de muralla amenazando ruina y esta linda con casas de Juan Rendón vecino de esta ciudad al cual se obliga a derribarla y volverla a levantar a su costa si se le concede licencia.” Y el vecino adquirió el solar para reedificarlo: “Se aplican 200 reales que dio Juan Rendón, por un pedazo de sitio y muralla propio de la ciudad en la calle de la Tripería, linde de sus casas”; dinero que emplearon en la construcción del nuevo Matadero a las afueras de la ciudad.
Otra mención al viejo muro se encuentra en una solicitud que una vecina de la calle, doña Ursola Croquer, presentó al cabildo en 1701, en la que leemos: “yo he comprado unas casas en la calle Larga que por la calle del Muro lindan con él y porque necesito labrar en ellas un cuarto y mesera preciso labrar sobre dicho muro y para poderlo hacer necesito que por vs. se me conceda licencia”.
En 1764 fue el historiador Anselmo Ruiz de Cortázar quien, atribuyendo la recomposición de la muralla a Alfonso X, decía que “reedificose el muro que se extendía desde el río hasta poco más arriba de la plaza de la Carnicería, siguiendo por la calle de Muro, nombre que mantiene por esta causa”. Al paso de unos años incidía en ello el párroco de la Prioral: “Está [la Iglesia] hacia el lado de Jerez y mucho más en aquellos tiempos en los que la extensión del lugar no trascendía de lo que hoy es plaza de la Carnicería [Plaza de Abastos], pues su muro corría por la calle de este nombre, que hoy, accidentalmente, llaman del Tinte, en la que no hace muchos años que existían vestigios de él.”
En 1880 el médico portuense Joaquín Medinilla aún reconocía su presencia: “todavía se conservan restos de estas murallas en la calle Jesús de los Milagros casa sin número junto al uno, y en la del Correo, antes Muro, en la casa donde están los graneros del señor Camacho.”
Ciertamente, en la casa que fue granero de Camacho, entre Larga y Nevería, se mantiene en pie, camuflado en la pintarrajeada fachada del inmueble (FOT. C), el paño de la muralla que identificó Medinilla, que se prolonga en 11 m y conserva una altura que supera los 3 m (FOT. D). Fue dañada en la década de 1980, cuando se perforó para abrir tres ventanas. Por entonces el Museo Municipal identificó este lienzo medieval (de 2,23 m de grosor) y también una apertura en el muro que vinculamos con un postigo abierto en la muralla en los siglos XV o XVI (como el que se abrió en la rinconada de la calle Santa María hasta Vicario, aún existente).
La hipótesis que entonces planteamos se confirmó en 1992, cuando el Museo, con la dirección de Francisco Giles, excavó más arriba de Ricardo Alcón, a la altura del hoy Centro de Salud Federico Rubio y en paralelo a la acera, la cimentación de un trecho de la muralla (FOT. C-3), un recio muro de 13 m de largo, 2,10-2,20 m de ancho y 1,50 m de alzado, con la misma alineación y apariencia constructiva del que aún se conserva alzado más abajo de la calle.
El lienzo de Ricardo Alcón lo identificamos con las paredes que menciona el Libro del Repartimiento alfonsí (1268) en su partida 1917: “Copo la punta entre las dos carreras en cabo[extremo]del valladar del majuelo de Pedro Ganzana con el corral y el figar, que está defuera del valladar, y con los dos de dentro de las paredes sobre sí.”
Aunque no lo parezca, El Puerto de Sta. María contó con un recinto murado andalusí probablemente levantado en el s. XII, con forma de cuadrángulo irregular delimitado por la calle Jesús de los Milagros, Castillo de San Marcos, Pozuelo (donde se conserva otro lienzo), Pagador, Santa María y Ricardo Alcón. Bueno sería que el lienzo andalusí de la antigua calle del Muro fuera descubierto, estudiado, restaurado y puesto en valor. Es, junto al Castillo de San Marcos, la construcción más antigua conservada en la ciudad y testigo privilegiado de su Historia.
Juan José López Amador y Enrique Pérez Fernández
