Nos alegramos de que por fin algunos de los edificios que jalonan la trama viaria del centro histórico se laven la cara. Vaya nuestra felicitación a sus titulares y confiamos en que los trabajos no se queden solo en fachada, sino que también se acometa la restauración de sus interiores.
Como muestra ponemos el antes y el después de la casa de los Cossío situada en la calle Los Moros (Fot.1), colindante con la que fue la casa-palacio de Furnes construida en el primer tercio del siglo XVIII quien la tuvo poco tiempo pues pronto pasó a la familia Tercero de Rozas o Rosas.
Ambas edificaciones, las más antiguas conservadas dentro de lo que posteriormente será el ensanche de Campo de Guía, presentan como distintivo común que fueron destinadas a residencia de los empresarios vinateros, lo que según J. M. Aladro es propio de las primeras generaciones de bodegueros, donde vivienda del propietario e industria conviven en un mismo espacio.
En el plano de El Puerto levantado en los años 30 del siglo XVIII, se localizan en lo que fue el terreno despoblado del ejido del Socorro, dos construcciones cuya ubicación coincide con sendas viviendas. Asimismo, aparecen en el dibujo que el Síndico Procurador Abad Mercadillo realiza en 1741 con motivo de la distribución de aguas en la ciudad y en el levantado durante la ocupación francesa (Fot.2).
La más grande, conocida como “casas de Pedro Furnes”, destaca por su magnífica torre-mirador con remates cerámicos y decoración pintada con motivos geométricos y responde a las características de las casas-palacio barrocas del setecientos (Fot. 3). Su portada adintelada con friso vegetal muestra la particularidad de estar presidida por una hornacina con la escultura de la Virgen del Pilar.
Dicha casa fue comprada en 1827 por Manuel Moreno de Mora quien la obtiene en concurso de acreedores y construye en su jardín “…y en diversos terrenos que tomé a censo…” la primera bodega del Campo de Guía, la conocida Bodega de Mora. Tras los Moreno de Mora-Aramburu fue habitada por sus herederos, los Picardo, hasta los años 50 que fue adquirida por Osborne.
Junto a ella, en las primeras décadas del XIX, sobre la base del edificio previo cuyo uso desconocemos, tal vez bodega, José Jiménez (según J. Maldonado origen de Ximénez-Varela) construye su vivienda, con dos plantas y ático y fachada clasicista, propia del estilo imperante en ese periodo (Fot.1). Anexa a la misma levanta en 1834 una bodega que, tras la rehabilitación y adaptación efectuada por el Ayto., acoge en la actualidad el Archivo Municipal, sección siglo XX.
Esta casa, cuyo patio comunica con el callejón de San Diego, es conocida como la casa de los Cossío (en realidad Sánchez-Cossío) que debió ser el último bodeguero propietario. Su marca se distingue en las botas que se están cargando al pie de la fachada en una antigua fotografía de la calle Los Moros. (Fot. 4). En los años 70-80 del pasado siglo Osborne tenía instalado en esta casa el departamento de mantenimiento y carpintería –
R.G.R.