A partir de 1835, aprobado por la Real Academia de San Fernando (Madrid) el planeamiento de Torcuato-José Benjumeda y Juan Daura, comenzaron a solucionarse, aunque no sin dificultades, los problemas arrastrados y prosiguió la construcción de bodegas y trabajaderos de tonelería. En la primera fase constructiva (entre 1827 y los años cincuenta, aproximadamente) se labraron la mayoría de las principales bodegas de la zona: Moreno de Mora, Jose-María Pico, José Jiménez (origen de Ximénez-Varela), Castrisiones, Urruela, Vicente-María de la Portilla, Antonio Ruiz-Tagle…
En los años sesenta del siglo XIX, la vinatería jerezana estaba en una fase expansiva, debido al aumento constante de la demanda británica, de manera que se construyeron nuevas bodegas por parte de empresas antiguas y de otras de reciente creación.
Este desarrollo afectó no sólo al ensanche del Campo de Guía, sino que se extendió a sus inmediaciones e incluso a la parte norte de la ciudad, como ocurriera en la fase anterior. Pero sólo unos pocos años más tarde, a principios de la década de los setenta, la situación tomó un giro negativo: la vinatería del Marco del Jerez sufrió una importante crisis, como resultado de prácticas fraudulentas por parte de especuladores que entraron en el pujante negocio vinícola con la intención de enriquecerse rápidamente. El prestigio de los vinos de Jerez en el Reino Unido resultó afectado y, consecuentemente, disminuyeron las exportaciones y cayeron los precios en el mercado británico.
En la zona de producción se buscaron soluciones. Se optó por la diversificación de productos y la ampliación de mercados consumidores. Fue entonces cuando comenzó la producción del Brandy de Jerez, que actuó como auténtico factor de renovación del sector bodeguero jerezano, y se desarrolló también la de otros aguardientes y licores. Las bodegas no quedaron en desuso por la reducción de la producción de vinos, sino que fueron utilizadas para el envejecimiento de brandy y la instalación de alambiques así como de los primeros embotellados mecánicos.
Javier Maldonado Rosso