El número de visitantes anuales a los museos y centros de interpretación del vino ha ido aumentando en los últimos años, impulsado por el creciente interés en el enoturismo. En 2023, 3 millones de personas visitaron museos y centros relacionados con el vino (un 29.5% del total), y han tenido un crecimiento de 18,2% sobre el año anterior) y han generado un impacto económico superior a los cien millones de euros. A ello habría que sumar los gastos en alojamientos, restaurantes, recuerdos, etc. En el caso de los museos y centros de interpretación, se han recibido 217.049 visitantes más (crecimiento de 24,72%). Según datos de la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN), el impacto económico superaría los trescientos millones de euros (FOT. 1 y 2).
El citado informe nos señala que “En términos globales, las Rutas que han recibido un mayor número de visitantes durante el año 2023 han sido la Ruta del Vino de Rioja Alta (389.399 visitantes), la Ruta del Vino y el Brandy del Marco de Jerez (382.716 visitantes) y la Ruta del Vino Ribera del Duero (368.537 visitantes)”. De manera general, el 70,5% de esos visitantes corresponden a bodegas y el 29,5% a museos y centros de interpretación.
El futuro parece prometedor. Se espera un crecimiento sostenido gracias a la innovación en las ofertas enoturísticas y la creciente valorización de la cultura del vino. Las nuevas generaciones buscan experiencias más inversivas, lo que está llevando a los municipios y bodegas a incorporar tecnologías como la realidad aumentada o la creación de eventos en torno al vino y la gastronomía.
Concretamente, en el Marco de Jerez, es una experiencia única que combina la rica tradición vinícola de la región con su patrimonio cultural y paisajístico. Es una de las regiones vinícolas más antiguas y prestigiosas del país, conocida principalmente por la producción de vinos de Jerez (sherry), un vino generoso que tiene denominación de origen protegida. La tradición vinícola está profundamente enraizada en la cultura local. Las bodegas suelen estar llenas de historia, con arquitecturas tradicionales y muchas veces acompañadas de colecciones de arte, museos y exhibiciones sobre la evolución del vino de Jerez a lo largo de los siglos (FOT. 3).
El Puerto de Santa María, necesita posicionarse en el mercado del ENOTURISMO, a través de la creación del CENTRO DE DIFUSIÓN DE LA CULTURA DEL VINO FINO, como el propuesto por BETILO, aprovechando los fondos europeos disponibles que permitirían su puesta en marcha y solo estarán utilizables hasta el año 2027 (FOT. 4).
Para no perder el liderazgo en el enoturismo, es fundamental que se actúe con rapidez y determinación. La creación de un centro de difusión del vino fino se presenta como una estrategia clave en este sentido. En un mercado cada vez más competitivo, donde el interés por aumentar el conocimiento de las zonas vitivinícolas, cuyos destinos proliferan y se diversifican, es crucial diferenciarse y ofrecer una propuesta de valor única.
Un centro de difusión del vino fino no solo funcionaría como un espacio educativo y cultural, sino también como un punto de encuentro para amantes del vino, expertos, y nuevos entusiastas. Este centro podría organizar catas, eventos, conferencias, y exposiciones que pongan en valor nuestras bodegas y variedades locales, posicionándonos como un referente en la cultura del vino fino.
Además, al fortalecer la marca del vino fino y difundir sus cualidades excepcionales, no solo atraeremos a más turistas, sino que también consolidaremos nuestro prestigio a nivel internacional. Es una oportunidad para establecer alianzas con otras regiones vitivinícolas, compartir conocimientos y prácticas, y atraer inversiones que fortalezcan el sector.
El tiempo es un factor crucial. Si no actuamos ahora, corremos el riesgo de que otras regiones nos adelanten, aprovechando el creciente interés por este tipo de turismo. La rapidez y la calidad en la implementación de este centro de difusión serán determinantes para mantener y reforzar nuestro posicionamiento en la industria del vino. Actuar ahora potenciando nuestra riqueza vinícola es asegurar parte de nuestro futuro como ciudad. –
A.L.J.
