Hoy, Día Internacional de la Mujer, recordamos a cuatro mujeres portuenses, presentes en el Catastro de la Ensenada, que ejercieron a mediados del siglo XVIII como cargadoras a Indias en un mundo marcadamente masculino como era el del comercio atlántico y americano.
Sus figuras han sido rescatadas y estudiadas por M. A Díaz Carlier y E. Ciruela Montanes en un documentado artículo publicado en 2022 en la revista de Humanidades STVDIUM.
Señalan estos autores que, aunque en lo que a viajes a tierras americanas se refiere las mujeres, salvo casos excepcionales, lo tenían restringido a causa a las dificultades y riesgos que estos conllevaban, no tenían en absoluto vedada la participación en el mundo de los negocios, fueran estos relativos a América o no.
Dos de ellas CLARA MARÍA DE VIZARRÓN Y POLO (1697-1764) y FRANCISCA CLEMENCIA DE WINTHUYSEN Y GALLO (1681-1768), pertenecían a familias bien conocidas de importantes comerciantes con América establecidos en nuestra ciudad.
La primera, de la que incluimos una bonita ilustración realizada por Eva Díaz Hurtado que acompaña un artículo de Gonzalo Díaz-Arbolí publicado en el ‘Blog’ de la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia, era hija de Juan Vizarrón y de Ana Catalina Polo, propietarios la casa-palacio conocida como “de las Cadenas” situada en la plaza del Polvorista, casa-palacio donde siempre vivió y donde aprendió desde joven el oficio, lo que le permitió a la muerte de su padre continuar, junto con su hermano Diego, el negocio familiar amasando una enorme fortuna. En el Catastro figura con unos beneficios derivados de su actividad estimados en 170.000 reales de vellón.
50.000 reales constan para FRANCISCA CLEMENCIA WINTHUYSSEN. Hija del comerciante flamenco asentado en El Puerto Roberto Winthuyssen y de la esposa de este, Baptistina Gallo. Es una de las fundadoras en 1734 de la casa comercial Winthuysen, de Voss y Compañía, casa dedicada durante más de 35 años a la importación de productos, sobre todo textiles, de los Países Bajos, Alemania y Francia, y a su reexportación hacia América. En la época del Catastro, Francisca Clemencia, ya viuda, se encontraba asociada como cargadora a Indias con su nieto Vicente Antonio de Voss y el tío de éste, Bernardo de Voss. Los tres vivian juntos en la magnífica casa de la calle Nevería, hoy colegio de las Carmelitas.
De las otras dos cargadoras a Indias que figuran el Catastro de la Ensenada se poseen menos datos y el volumen de sus negocios era mucho menor que las dos primeras.
Se trata de MARÍA FERNÁNDEZ CALDERÓN «Cargadora â Yndias, honesta, sin mas familia, comprehendida en la del Registro de Dn. Francisco Joseph Polo y Truxillo, Theniente de Contador del público, y fiel de Carnicerias por esta Ciudad â quien con su tráfico, y Comercio de Yndias diez mil reales annuales» y MICAELA DÍAZ DE REDONA, «cargadora a Yndias, es viuda y se compone su familia de solo una sirviente, utiliza con su tráfico, y Comercio, seis mil reales annuales»
Además de estas mujeres, que demostraron su capacidad para dedicarse con éxito al mundo empresarial del mismo modo que sus homólogos masculinos, existieron otras muchas que apenas han dejado huella documental y que poco a poco los estudios sobre el trabajo femenino empiezan a rescatar del silencio al que han sido sometidas por la Historia. –
R.G.R.