El nombre de Campo de Guía se debe a la ermita que desde fines del siglo XV o muy inicios del siglo XVI estuvo emplazada fuera de lo que entonces era la población, en la ribera fluvial, junto a la desembocadura del río. A ella se encomendaban pescadores, capitanes y otras gentes del mar antes de partir o daban gracias a su regreso.
Según el informe que el vicario de El Puerto de Santa María Martín de Radona realiza sobre iglesias, monasterios, ermitas […], en sus inicios fue un humilladero, donde los frailes de san Francisco eligieron el primer asiento para edificar monasterio y que por estar el sitio “muy hundido” trasladaron en 1516 a la zona alta.
Ya aparece representada en 1567 en la tantas veces nombrada vista panorámica de El Puerto de Santa María del pintor flamenco Anton Van den Wyngaerde. De igual manera esta dibujada, debido a su importancia como un punto estratégico en un mapa anónimo de 1613 en el que se proyectan en Cádiz y en el entorno de la Bahía distintas fortificaciones tras el fatídico ataque angloholandés de 1596.
A finales del siglo XVII, la ermita fue reedificada y ampliada, obras que fueron sufragadas por Jacinto de Ávalos en agradecimiento por haberse salvado su familia de la peste que azotó la región en 1684.
En el plano de 1741 del Archivo Municipal en el que el sindico procurador Domingo Abad Mercadillo detalla a modo de esquema la distribución de aguas en la población y la situación de las fuentes publicas, la dibuja ocupando una posición destacada, como un oratorio con un cierto porte de una sola nave, que el autor remata en cúpula semiesférica. Y poco después, en 1755, aparece delineada, junto al palacio del conde de Cumbre Hermosa, en el plano del proyecto de alameda que se diseño en Campo de Guía para ejercicios militares, aunque erróneamente está rotulada como Nuestra Señora del Socorro.
Este edificio religioso en el que los mercedarios calzados intentaron entre 1723 y 1727 fundar un convento, deseo que vieron frustrado al no obtener la aprobación ni del duque de Medinaceli, ni de las autoridades eclesiásticas, constituyó durante varias centurias el limite del crecimiento urbano de la ciudad.
En el primer tercio del siglo XIX fue absorbida por del polígono bodeguero de Campo de Guía y en 1838, según J. Maldonado, fue derribada para la construcción de las bodegas de Ángel María de Castrisiones, hoy Gutiérrez Colosía.
R.G.R.