En las siguientes publicaciones vamos a recorrer el trazado del acueducto desde los manantiales de Sidueña hasta su entrada en la ciudad en el actual parque de la Victoria.
Se les llamó “minados” o minas de agua, al sistema de galerías subterráneas de captación de las aguas de los manantiales de Sidueña construidas para llevar el agua a la ciudad.
Son una serie de galerías de los siglos XVI y XVII excavadas en las calcarenitas (Fot. 3), con una disposición en forma de aspa (Fot. 2) que se compone de un ramal que parte del pozo de la media naranja en dirección nordeste, una galería principal que conecta el sistema con el acueducto que en dirección oeste se dirige a la ciudad, y otro ramal o minado que arranca de la galería principal en dirección noroeste.
Todo el conjunto ha quedado recogido en un plano de 1909, a escala 1:400, que posee la empresa Aguas de El Puerto, en el que se detalla todo el sistema de minados y pozos, el muro de contención, y la galería de Cádiz del S. XIX (Fot. 4).
Como se observa en el plano guía sobre ortofoto de este primer tramo (Fot. 1), el trazado discurre bajo la calle Dehesa de la Vega del poblado rural a pocos metros del yacimiento arqueológico de Doña Blanca. A partir del llamado “Pozo de la Media Naranja” de fábrica de cantería (foto 1, hito 1 y foto 5), en la superficie se encuentran los siguientes hitos: una lumbrera de ventilación (foto 1 hito 2), el primer pozo registro del acueducto de 1735 (foto 1, hito 4) y finalmente la Caja de aguas principal (foto 1, hito 5 y foto 5).
Respecto a la Caja de aguas el historiador M. A. Caballero Sánchez expone que se trata de un elemento de la infraestructura del siglo XVII de suma importancia, distinguible por su cubierta abovedada, que guarda gran semejanza con la representada en la acuarela de finales del siglo XVII. “Tiene una escalera para bajar e inspeccionar el estado de las galerías subterráneas y facilitar la limpieza de las mismas. Es donde quedan retenidos los primeros depósitos de arena y limo que son arrastrados por las aguas de los manantiales antes de entrar en la conducción propiamente dicha”.
BETILO ha comprobado que el conjunto carece de una protección efectiva y ha solicitado al Ayuntamiento el cerramiento de los accesos para garantizar su integridad y evitar que continúe su deterioro, la entrada incontrolada de personas, y los riesgos de desprendimientos y accidentes graves que se pueden producir.
FJR