El transporte de agua desde El Puerto de Sta. María a Cádiz

Durante los siglos XVIII y XIX una serie de viajeros recalan en nuestra ciudad y dejan en sus libros de viajes las impresiones que ésta les dejó en su visita. Curiosamente son muchos los viajeros que hablan de los problemas de abastecimiento de agua a la ciudad de Cádiz, y como los faluchos comunican ambas ciudades con pasajeros, mercancías y agua potable de su fuente de Las Galeras.

Ya en 1778, Jean François Pierre Peyron hace el comentario acerca del problema que Cádiz tenía con el abastecimiento:

El agua de Cádiz, como ya he comentado, es detestable para beber: algunas casas tienen cisternas; pero los dueños tienen mucho cuidado de tenerlas cerradas: los que tienen pozos, los tienen bajo llave, aunque el agua es salada y repugnante. El agua buena para beber viene del Puerto de Santa María, y es objeto de negocio; para conservarla pura y fresca, se la vierte en grandes recipientes de arcilla, que la mantiene tan fría como el hielo, y que la hacen muy valiosa si el agua no se escapa por todos los poros de la vasija.

Laborde también menciona esta situación comentando que los vecinos de El Puerto realizan un comercio muy lucrativo con el agua que transportan a Cádiz y a las flotas que parten para América. Las guías Joanne, en su edición de 1866, dicen de las aguas de El Puerto que son de una limpieza perfecta y que son transportadas a Cádiz que carece de ellas.

Una descripción más detallada de este problema la realiza Antonio Ponz que menciona la fuente de Las Galeras del siguiente modo:

Una de las obras más útiles de esta ciudad es la copiosa fuente cercana al embarcadero de la barra, de donde la llevan a vender a Cádiz; y se surte este pueblo, como también los navíos que la necesitan para sus largos viajes. Esta agua que se tienen por muy saludable y excelente para embarcar en los largos viajes de América y otras partes, nacen junto a la Ermita de la Piedad camino de Jerez.

Este problema endémico de la ciudad de Cádiz, sin embargo abastecida con un acueducto en época romana, es reconocido por muchos viajeros que llegan a ella. El militar escocés William Dalrymple describe del siguiente modo la situación de la que no es ajena la picaresca del lugar.

Cádiz está abastecida de agua procedente del Puerto de Santa María, al otro lado de la bahía, y yo creo que no es el único lugar de Europa, donde los vendedores de tal bebida piensan que merecería la pena adulterarla, lo que hacen, mezclándola con agua de lluvia que se recoge en el aljibe que hay en cada casa, o en el tanque que hay en medio del patio”.

Juan Gómez Fernández.

Fuente de Las Galeras
E. Ocón, «Barques de pêcheurs au Puerto de Santa Maria» / J. Laurent. Madrid. 1875. Biblioteca Digital Hispánica

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